20 de diciembre de 2018

Salada la canchita: Nunca hicieron un ciclo de Bertolucci

Lo habían avisado pero como uno vive en Uruguay, pensó que se iba a realizar treinta años después.  Cinemateca Uruguaya estaba en crisis terminal en su función de exhibidora y más que complicada para mantener su archivo fílmico, en tiempos de bajadas internéticas y streamings varios. Se había informado que el Estado le había conseguido tres salas nuevas y que iba a colaborar económicamente con la otra función, luego de algún emprolijamiento de administración.

20 de noviembre de 2018

Salada la canchita: Se van para la B o Acá cualquier sorete echa humo

En un tiempo muy muy lejano, cuando recién comenzaban cosas en el ciber espacio como los blogs y otras formas de que cualquier gil participara en Internet y las pudiera compartir otro don nadie en la otra punta del planeta, algunos -generalmente bastante entrados en años- se molestaron por esa posibilidad indiscriminada de participación. En el tema que nos ocupa en esta columna mensual, las quejas concretas fueron porque por primera vez había la posibilidad cierta de que cualquiera subiera análisis cinematográficos sin el menor rigor, diciendo cualquier estupidez.

20 de octubre de 2018

Salada la canchita: El dios de Fernando Trueba

Billy Wilder estaba rodando "Sabrina" con la joven estrella Audrey Hepburn, su actor fetiche William Holden y el veterano Humphrey Bogart, quien no tenía talento para la comedia y se sentía desplazado por las otras dos figuras. Para peor, el actor de "Casablanca" evitaba dirigirle la palabra al director, y cuando no tenía más remedio que hacerlo, lo hacía tratándolo de nazi infiltrado entre los americanos. Lo que no podía procesar su cerebro de super estrella era que si bien Wilder tenía un indisimulable acento alemán, hacía 20 años que vivía en Estados Unidos, que era austríaco y que buena parte de su familia había muerto en campos de concentración, no precisamente por ser nazis.

8 de octubre de 2018

Los que iban cantando

En la etapa inmediatamente anterior a la caída de la dictadura, "Los que iban cantando" era un grupo muy influyente en el movimiento musical llamado por algunos "Canto popular", una fusión de variados matices del folclorismo prohibido (Zitarrosa, Los olimareños, Viglietti) con el urbanismo que viene del candombe beat de Rada y Mateo con una pizca apenas del rock también pre dictatorial. Fue muy frecuente su presencia en recitales de la época que, a medida que se hacía masivo el rechazo al régimen, eran cada vez más frecuentes y exitosos.

Sus integrantes permanentes fueron: Jorge Lazaroff, Jorge Bonaldi y Luis Trochón. Junto a ellos fue fundador Jorge Galemire, quien fue reemplazado pronto por los olvidadísimos Jorge Di Polito y Carlos Da Silveira. En 1987 se reencontraron, cuatro años después de su separación integrando a un joven "Pitufo" Lombardo.

Sus dos primeros discos se llamaron simplemente "Uno" (1977) y "Dos" y, más allá de cierta locura, estaban plenamente integrados al sonido estandar del primer Canto Popular, el más creativo y libre, antes que los partidarismos y las urgencias lo uniformizaran y empobrecieran.

Si bien nunca fue un conjunto que pudiera encabezar ningún ranking ni nada que se le parezca, su música circuló bastante en el espacio acotado del arte no comercial nacional. 

Sus dos últimos discos, previos a sendas separaciones, tuvieron mucha menos circulación pese a ser bastante más originales y valiosos. "Juntos" (1983) es casi imposible de conseguir hoy, ya que nunca fue editado en cd. Tiene una notable versión, superior a la original, de "Imaginate m'ijo", una de las mejores letras serias de Leo Masliah; un poema brillante como "Latido de vereda"; un bolero, "No tengo palabras", que era un obvio comentario contra la dictadura que increíblemente no fue censurado y uno de los mejores (y menos conocidos) tangos de Bonaldi: "El hombre que encontraron muerto en la plaza", sobre un texto del gran Gonzalez Tuñón.     


"Juntos" (1981)

"Enloquecidamente" pasó aún más sin pena ni gloria, quizás porque en 1987 no había cabezas para medias tintas musicales: o se odiaba y trataba de defenestrar al llamado Canto popular o se lo ponía en un pedestal a salvo de experimentaciones. Fue un casette -únicamente- que contenía tres temas de cada uno de los miembros originales, entre los que están maravillas como la inesperada "Agua bendita" de Bonaldi, una gran versión del Perico Alcasotro de Higinio Mena y una sorprendentemente vengativa "Las muertes conjuntas", impensable hoy en tiempos de corrección política. Hijo de su tiempo -la polémica por la Ley de Impunidad- "Los que iban..." habían llegado a un punto máximo de creatividad experimental, al igual que la carrera solista de Lazaroff, quien moriría poco después, dejando sin sentido la continuidad del conjunto.

 "Enloquecidamente" (1987)

20 de septiembre de 2018

Salada la canchita: La mesa está servida

Cuando tenía una edad adecuada como para no distinguir bien la ficción de la realidad, protesté asombrado al ver en una película emitida en televisión a un actor a quien yo había visto hace poco morir en otra (o un capítulo de lo que entonces se llamaban seriales) y no podía entender cómo era que volvía a verlo respirando tranquilamente. 

Desde los tiempos del discutido en su identidad Shakespeare, en que una obra de teatro era más parecido a una maratón de serie actual y los -populares- espectadores entraban y salían de la platea mirando un rato y participando con comentarios en voz alta, es que los humanos participamos más o menos concientemente en lo que se llama "suspensión de la credulidad".

20 de agosto de 2018

Salada la canchita: El tango que dura siete horas

Que un cineasta sea bastante intransigente y su obra, árida y minoritaria no quiere decir que la persona que firma esa obra sea antipática y malhumorada. Los testimonios de quienes han entrevistado al húngaro Bela Tarr dan cuenta de un tipo simpático y totalmente receptivo a charlar con los periodistas, sin dejar de contestar ninguna pregunta.

5 de julio de 2018

Un hobby gratis 5

Las elecciones nacionales de 1946 fueron un claro triunfo del Partido Colorado, quien derrotó por 100.000 votos al Partido Nacional, que incluso si sumamos lo que sacó su escisión, el Partido Nacional Independiente, no conseguían derrotar al batllismo. 

Resultó electo Tomás Berreta, quien se murió a los cinco meses y asumió el vice, Luis Batlle Berres, sobrino de don Pepe. También se presentaron el Partido Comunista, la Unión Cívica, el Partido Socialista y el Partido Demócrata de Carlos Quijano, estos dos últimos sin candidato presidencial.

20 de junio de 2018

Salada la cancha de fútbol

Rudo y Cursi
Hace unos 25 años aquí en Uruguay alguno tuvo la idea de hacer los mismos alfajores de siempre pero ponerles en el envoltorios motivos de Peñarol o de Nacional, confiado en que la popularidad de ambos equipos grandes multiplicaría sus ventas. Fue un fracaso, principalmente porque el producto era berreta, pero también porque la gente consideró una terrajada el comerse ese masacote, simplemente porque tuvieran el escudo de su club.

5 de junio de 2018

El disco olvidado de Alfredo Zitarrosa

Eran tiempos de dictadura, yo no tenía edad casi para recordar la democracia anterior y no conocía los nombres prohibidos por el régimen. Como herencia familiar llegaron una serie de discos (de vinilo, obvio) entre los que se encontraba el de un nombre nunca antes escuchado, que fue definido por una tía como "el Serrat uruguayo".  

Aquella imagen en blanco y negro, estilizada, ya que no una foto detallada y clara, me hizo imaginar a alguien más físicamente parecido al Serrat que yo tenía en mi memoria (típico joven melenudo de la época), ya que el catalán también había desaparecido misteriosamente de los medios, a pesar de la enorme repercusión de "Mediterráneo", "Fiesta" y "Cantares", que sonaban en absolutamente todos lados.

Alfredo Zitarrosa era realmente joven -unos 32 años- cuando publicó este disco que se llamó simplemente "4". No conozco más que tangencialmente el éxito pre dictadura de su producción porque nadie hablaba de él en los 70. No se podía.

20 de mayo de 2018

Salada la canchita: 2001, año de monolitos

Aún hoy puede parecer muy extraño que una película sin actores conocidos, con mínima cantidad de diálogos y con una trama ambigua, haya podido ser un éxito de público que se mantuvo en varios reestrenos, cambiando radicalmente la percepción que se tenía de la ciencia ficción como género cinematográfico y transformando definitivamente a su director, Stanley Kubrick, como uno de los grandes nombres del cine mundial.

20 de abril de 2018

Salada la canchita: Más vale ser lindo y bueno que feo y malo (y extranjero)

La cosa comenzó, en forma más o menos masiva, en los años 60, como tantas otras cosas. Algunos intelectuales, más del Tercer Mundo que del Primero, cuestionaron la visión caricaturizada que, tanto en películas como en historietas (dos artes que nacieron prácticamente al mismo tiempo), se brindaba de nuestros países que no tuvieron la suerte de ser creados allá arriba en el Norte, donde se deciden los destinos de todo el Mundo. "Colonialismo" era la palabra clave.

20 de marzo de 2018

Salada la canchita: Michael Moore al ataque

En el principio de la década de los 90, en pleno auge de las ideas neoliberales -ayudado por el derrumbe estrepitoso del bloque soviético y sus "amigos"- de que todos podíamos ser multimillonarios si nos esforzábamos lo suficiente y que con la hoy olvidada "flexibilidad laboral" (que consiste en dejarle las manos libres a los empleadores para regular sueldos, echar gente y fijar horarios) llegaríamos al pleno empleo con unos salarios que te ibas a caer de culo, comenzó a circular la noticia de un documental hecho por un ignoto gordito yanqui intentando entrevistar a un jerarca de General Motors, para preguntarle por qué dejaba alegremente tanta gente en la calle, cerrando una fábrica que, para peor, daba ganancias.

9 de marzo de 2018

¿Quién se hace responsable?

Hace unos cuantos años, en un Festival de Cinemateca Uruguaya hubo un desperfecto al comenzar la proyección. Amablemente, se presentó en la sala un empleado que explicó que había habido un inconveniente con el equipo pero que se resolvería en unos diez minutos. Un estúpido de esos que inspiraron esta nota le contestó a viva voz: "-¡Veinte minutos, mejor!", en lo que pretendía ser una respuesta jocosa. Molesto porque nadie le festejó el "chiste" sino todo lo contrario, el gracioso -que no era ningún jovencito- trató de justificarse: "-Claro, si nadie protesta como yo, éstos hacen lo que quieren..."

23 de febrero de 2018

Salada la canchita: A propósito de Toni

Por poner un ejemplo futbolero de lo que aquí se va a tratar, este sábado van a jugar por la liga española Barcelona contra Girona. Uno, el primero, un equipo grande a nivel mundial con Messi, Suárez y compañía y el otro, catalán también, pero un equipo modesto en presupuesto e infraestructura, que debuta este año en Primera División. Ahora, lo que uno, ya que no va a verlo en vivo por falta de interés y por compromisos laborales, exige a los periodistas deportivos que conducen la transmisión televisiva correspondiente, es que sus intervenciones sean de un nivel superior a: "Barcelona favorito ante el débil Girona", porque eso lo sabe hasta mi santa madre.

20 de enero de 2018

Salada la canchita: El año en que todos eran rebeldes

En este 2018 se cumple medio siglo exactamente del año más mítico de todos los tiempos, signifique ésto lo que signifique. Todos hablan aún hoy de 1968 como un año en que pasó de todo y la gran mayoría lo recuerda con nostalgia, como un tiempo mucho mejor que el presente. 

No vamos a entrar en honduras sociológicas, porque de eso no sabemos nada. Es claro que un orden social -un conjunto de costumbres- había quedado totalmente obsoleto y anticuado y dos hechos anteriores a la década de los 60 habían mellado irremediablemente la candidez de mucha gente: la masacre sin ningún tipo de caballerosidad ni hidalguía de la Segunda Guerra Mundial y la posibilidad, por primera vez real, de que el planeta fuera destruído en segundos al haberse creado las bombas nucleares.