13 de diciembre de 2013

Acontracorriente: Marcelo Tinelli

A lo mejor no es estrictamente para figurar en esta sección, porque hay mucha gente que critica por lo bajo al conductor televisivo más exitoso del Río de la Plata, pero también hay gente de sobra que se enloquece con sus programas, vive pendiente de todos los detalles de su vida personal y, curiosamente, suele pontificar en el ciberespacio que los que no ven (no vemos) a Marcello Tinelli decimos eso, pero lo hacemos en realidad en secreto, con vergüenza intelectual de reconocerlo.

En realidad, y en lo que a mí respecta, hace muchísimos años que he dejado de ver sus programas, dado el aburrimiento mortal y la sensación de ser tratado de estúpido que recibo. Es más, como tanta otra propuesta que recibimos por los medios masivos de comunicación, no puedo evitar sentirme que me están tirando con cualquier mercadería sin ningún escrúpulo, con tal de venderme.

He discutido muchas veces con gente que lo defiende y otra que no, pero es difícil que compartan mi idea de que, en realidad la propuesta de Tinelli no es más que la misma televisión berreta, frívola, demagógica y tonta que siempre hemos recibido y que si él no estuviera, otro cualquiera levantaría esa -comercial- bandera. 

La historia es conocida: era un periodista deportivo sin mucho éxito hasta que medio de rebote le ofrecieron un programa a última hora de la noche, sin grandes expectativas de audiencia. Poco a poco fue creciendo la bola de nieve gracias a una espontaneidad que no abundaba en la televisión de hace veinte años. Como cualquier barra de amigos, más que un panel de periodistas especializados, los integrantes de ese "Videomatch" se reían de las equivocaciones de los demás y participaban en general de un clima descontracturado que disimulaba la precariedad de la propuesta, que no tenía demasiado que ver con un informativo de la actualidad deportiva.

A partir de ahí, comenzaría eso tan diferente que es el Tinelli actual: un show gritado, hiperproducido, nada espontáneo y que tiene como protagonistas lo peor de la farándula porteña (Alfano, Casán, Sofovich, Barbieri, el recientemente fallecido Ricardo Fort) como apuesta inescrupulosa para generar audiencia. Ha comprado formatos exitosos en otros países -el palomo título "Bailando por un sueño"- guiado por las cifras más que por alguna propuesta concreta de entretenimiento.

Es que todo en la televisión tinellesca resuena falso, vacío, de plástico. Tinelli sólo es verdadero, es sincero, es franco cuando habla de él mismo y cuando se coloca como el centro de la pantalla. Que sería todo el tiempo, si por él fuera. Buena parte de las intervenciones del conductor son únicamente para colocarse en foco y hacerse ver. Gran parte de los chistes de sus programas son sobre él.

Como en otras propuestas enormemente exitosas -comercialmente hablando- habría que preguntarse si es un triunfo en una carrera donde todos los participantes corrieran con las mismas posibilidades. En los últimos años, se han multiplicado los programas sobre los programas de Tinelli, coincidiendo con una hiperfarandulización de la televisión en ambas márgenes del río grande como mar. Todo es la vida de los famosos de la TV y ahí está Marcelo T para traernos los personajes más exitosos y ahí están esos exitosos para salir donde el millonario empresario.

No hay nada más que eso. Un mundo hueco, artificial, intrascendente pero con una presentación ruidosa, colorida y abrumadoramente publicitada. Y en el centro de ese mundo está nuestro hombre, haciendo cuentas y vendiendo su alma a los negocios.  

20 de noviembre de 2013

Un hobby gratis I

Cada uno tiene el hobby (no hobbit) que se le antoje. Aparte de la compu y el cine, en materia de colecciones, nada de monedas, sellos u objetos de uso corriente. A mí se me dio por las listas electorales.

Será que ésto volvió justito cuando entraba en edad de sacarme la credencial y me quedó aunque ahora, canoso y gordo, me de vergüencita pedirlas en la calle. Junto con que cada vez las reparten menos.

Para gente como yo se creó ésa página de la Corte Electoral, con escaneos de listas desde unas elecciones de 1925 para acá.


URUGUAYAS Y URUGUAYOS: ACÁ SU LISTA  


No están todas, tiene sus limitaciones en los primeros años, pero si hay otro chiflado como yo, va a tener su colección virtual mucho más cómoda que una de papel, sin ocupar espacio y sin que se le deterioren los ejemplares.

Para la primera entrega de esta serie, vamos a traer alguna curiosidad de la elección de 1938 (épocas de dictadura de Terra, con abundantes sectores batllistas y nacionalistas que no se presentan). 

La primera no la tenía para nada: El Partido Socialista usó la lista 99. La encabeza, por supuesto, Frugoni y lo secundan en puestos de privilegio  Adrian Troitiño, dirigente sindical de los canillitas y el doctor José Pedro Cardoso, que llegó a ser electo senador en 1984.

Los únicos colorados que se presentaron fueron los que apoyaban al dictador. Entre ellos, su cuñado Alfredo Baldomir, quien como Jefe de Policía fue fundamental para que el golpe tuviera éxito pero que pocos años después, se le tiró en contra con el "golpe bueno" de 1942. Las listas terristas -casi todas con este mismo diseño- venían con la individualización de Baldomir y Charlone, por suerte para nosotros que estamos en ésta época.

Y entre los blancos, solamente herreristas. Incluyendo a Fernández Crespo, que todavía estaba con el líder. El propio Herrera no era candidato a nada, en decisión bastante extraña, pero hasta entonces y durante todavía unos 20 años más, siempre ganaban los colorados.
 
Toda elección que se precie no puede prescindir de partidos minoritarios, raros, que no permanecen mucho tiempo en la lucha electoral, por no decir que casi siempre se presentan en una sola elección, con muy pocos candidatos detrás.

En este caso, dos perlitas: 


Una es el Partido Autóctono Negro (lista 61), al parecer formado íntegramente por ciudadanos de raza negra, con 10 candidatos a diputados. Que yo sepa, es el único caso de representación étnica en nuestro país.

El otro también tiene lo suyo: Partido Independiente Demócrata Feminista (lista 62), con 13 candidatas mujeres y un sólo hombre, aunque la lista no diga si son candidaturas a la Cámara de Representantes o a otra. Algunas de las feministas no evitan la práctica muy corriente en la época (y hasta no hace mucho) de poner el apellido del esposo junto al propio.




29 de octubre de 2013

Cine: Historia Ilustrada 35

CINES NUEVOS EN ARGENTINA Y BRASIL

Con el estreno y los premios de "Rashomon" de Akira Kurosawa a partir de 1951, no sólo se comenzó a descubrir por parte del Primer Mundo al cine japonés sino, en general, que había otros centros donde se producía cine, que no se limitaba a ser el abastecimiento popular de películas de entretenimiento fácil, pasatista, meramente industrial, sino que también había algunos espacios para obras más exigentes, más ambiciosas y más inteligentes. Tardaría mucho más tiempo en advertir que ese Tercer Mundo (ya sea Asia, Africa o America Latina) podía servir mucho más que solo para proveer de historias rutinarias en ambientes exóticos (para norteamericanos o europeos) en una especie de folklorismo turístico. La propia "Rashomon" era mucho más que una historia de samurais.
 
Las nuevas olas que estaban cambiando culturalmente tantas cosas en los años 60 sólo pudieron penetrar en países con una industria y un mercado consolidados, que permitiera una producción constante. Muchos otros países que apenas producían uno o dos filmes por años -y a veces ni eso- planteaban demasiadas dificultades como para que los entusiastas productores (muchas veces los mismos directores) fueran audaces. En nuestra Latinoamérica, solamente se podían considerar mercados sólidos el mexicano, el argentino y el brasilero. Estos dos últimos permitirían sendos movimientos renovadores, bastante
particulares.

En Brasil había fracasado rotundamente un proyecto de cine industrial que implicaba importar acríticamente los métodos de producción de Hollywood: la empresa Vera Cruz. Sin embargo, la tradición cultural del país y su relativo aislamiento dentro del continente -fundamentalmente por tener una lengua diferente al resto de Sud América, pero no sólo por eso- llevaba a un sector de los intelectuales brasileros a bogar por un cine nacional, crítico y más exigente que el mero cine comercial al que estaban acostumbrados, de consumo y olvido fácil. Una serie de jóvenes rebeldes, entusiasmados por las novedades expresivas que venían sobre todo de Europa comenzaron a crear -en medio de grandes dificultades de financiación- películas diferentes que en algunos casos tuvieron buena repercusión en taquilla.

El pionero del posteriormente llamado Cinema Novo fue el paulista Nelson Pereira Dos Santos (1928- ), quien en su debut "Rio 40 grados" (foto 1) en 1955 llevó de manera prácticamente inédita una serie de historias que involucraban a sectores bajos de la sociedad, tal como son, sin pintoresquismos ni miserabilismos. El resultado, fresco y creíble, tuvo bastantes encontronazos con la censura con el manido argumento de dar una mala imagen del país en el exterior y tardó un año en ser estrenado pero influyó significativamente entre colegas y cinéfilos. 

Posteriormente, luego de otros intentos, Nelson tendría otro suceso mucho mayor al adaptar también de manera sobria y sincera, un cuadro de miseria campesina en el Nordeste con "Vidas secas", basada en la novela del gran Graciliano Ramos. Hábil administrador y buen diplomático, Nelson fue el líder natural que supo subsistir pese a sus ideas de izquierdas en un país que desde 1964 estaba gobernado por una dictadura militar.

Mucho más carismático, más contradictorio, polémico y genial, el bahiano Glauber Rocha (1938-1981) impactó con su segundo film "Dios y el Diablo en la tierra del Sol", ya alejado totalmente del naturalismo, proponiendo una lectura al mismo tiempo respetuosa e iconoclasta del mito del bandido del sertao, que había sido exportado con gran éxito con la folklórica "O cangaceiro" (1957) de Lima Barreto. Mezcla única de rabia política, respeto por la religiosidad popular y afán de ruptura, el cine glauberiano sacudió el pintorequismo brasilero. Posteriormente seguiría una carrera irregular con la explícitamente política y urbana "Tierra en trance" (1967) (foto 2), volvería a los personajes de "Dios..." en "Antonio das Mortes" y partiría al exilio con resultados discutibles y herméticos, a excepción de una muy personal "Historia de Brasil" (1974), antes de morir prematuramente.

Otros directores del Cinema Novo tuvieron repercusión con una sola película: el mozambiqueño Ruy Guerra con "Los fusiles" (foto 3), Carlos Diegues con "Gamba Zumba" o Walter Salles (padre) con "Meninho do ingenhio". Joaquim Pedro de Andrade (1932-1988) fue un caso aparte. Si bien nunca pudo repetir el suceso de "Macunaima" (foto 4) -un sarcástico y nada complaciente examen del Brasil multirracial- siguió realizando una obra valiosa aunque olvidada, con la misma carga corrosiva de Glauber pero sin sus caídas al hermetismo vacío.            


Fragmento de "Vidas secas" (1962) de Nelson Pereira Dos Santos

Fragmento de "Dios y el Diablo en la tierra del sol" (1964) de Glauber Rocha

Fragmento de "Antonio Das Mortes" (1969) de Glauber Rocha

Probablemente, el cine argentino comercial tenía más calidad y más llegada a su público que el brasilero. Ésto estaba basado -de la misma manera que en México- fundamentalmente por estrellas populares que aseguraban repercusión económica en el mercado y permitía trabajar con tranquilidad. Habían varios estudios repitiendo el esquema -a escala- que utilizaban en Estados Unidos y buena parte de su producción se exportaba con suceso a los países del continente.

Pero, como pasaba en buena parte del mundo, las convenciones sociales y culturales estaban anquilosadas y la juventud quería hacerse oir y, también, verse reflejada en las pantallas. Los cambios también eran -o querían ser- políticos y pronto estallaría, como veremos, un cine rebelde, peleador y panfletario.

Leopoldo Torre Nilsson (1924-1978) (foto 5) fue durante muchos años el más prestigioso director argentino. Hijo de un director asentado y exigente, Torre Nilsson debutó en los 50 con un cine que sin dejar de ser convencional, criticaba abiertamente la moral y el cinismo de la clase media alta de la que provenía con títulos como "Días de odio" (1954), "La casa del angel", "La caída" (1959), ingresando en la denuncia explícita de determinadas prácticas de corrupción políticas no tan lejanas en "Fin de fiesta" (1960) (foto 6) y abriéndose a intentos de narración no lineal poco comunes en el cine de su país con "Piel de verano" (1961). 

Junto a Torre se iniciaron otros jóvenes inquietos como Fernando Ayala ("El candidato", "El jefe", "Paula cautiva") quien pronto se inclinaría por el comercialismo más barato o el más consistente Leonardo Favio, quien evolucionó de temprano galán en las películas de Torre a sensible cronista de las clases más bajas, generalmente del interior del que el propio Favio provenía.

Debutó con "Crónica de un niño solo", sobre un niño huérfano y se consagró con "El romance del Aniceto y la Francisca" (foto 7), creible melodrama también ubicado en ambientes populares. Luego de una insegura "El dependiente" viraría a espectáculos más vistosos y comerciales como "Juan Moreira" y "Nazareno Cruz y el lobo", donde sin descender de un nivel de exigencia se abriría al espectáculo en color.

Por fuera de Torre y Favio hubo una serie de directores que practicaron un cine muy influido por las nuevas olas europeas -fundamentalmente Godard y Antonioni- muchas veces sin demasiada repercusión: Rodolfo Kuhn con "Los jóvenes viejos" y "Pajarito Gómez", sátira a los cantantes populares fabricados por la televisión, David José Kohon con "Tres veces Ana" y el actor chileno Lautaro Murúa con "Alias Gardelito".
   
En 1967 los peronistas de izquierda Octavio Getino y Fernando Solanas realizan -clandestinamente- un
documental dividido en tres partes denominado "La hora de los hornos", que no podrá ser estrenado en su país hasta la vuelta a la democracia (por poco tiempo) en 1973. Destinado en partes iguales a contrarrestar la desinformación de los grandes medios de comunicación y a adoctrinar, de contenido incendiario como pocas veces antes en la historia del cine, la primera parte de "La hora..." es un manifiesto durísimo contra la dependencia colonialista de nuestro continente en general y de la Argentina en particular, la miseria vista como una consecuencia de políticas manipuladas y no como una tragedia natural. Provocativa y visceral, discutible políticamente pero innegablemente talentosa desde el punto de vista expresivo, inauguró un estilo de cine peleador y radical que tendría numerosa descendencia, especialmente en nuestro continente. Las otras dos partes de la trilogía son meros reportajes rutinarios a Juan D. Perón.        

Fragmento de "La casa del angel" (1956) de Leopoldo Torre Nilsson 

 Fragmento de "El dependiente" (1968) de Leonardo Favio

 Fragmento de "Pajarito Gómez" (1962) de Rodolfo Kuhn

Fragmento de "La hora de los hornos" (1967) de Octavio Getino y Fernando Solanas

30 de septiembre de 2013

Cervecero querido

Si me apuran, el video es más o menos, más bien en blanco y negro y rutinario. Capaz que si me pongo a buscar encuentro uno sobre el mismo tema que me guste más. Pero es bastante ilustrativo y tiene imágenes que emocionan del querido Racing Club de Montevideo.


Porque uno tampoco va a estar esperando al mes de abril, cuando es el aniversario del albiverde, para subir ésto. El Racing nos puede y aquí van algunos recuerdos de su historia.

Ya hablaremos en su momento aquí mismo sobre el tema, pero ser hincha de cuadro chico en un fútbol tan pequeño como el uruguayo, es algo muy especial. Somos -todos los equipos que no nos llamamos Peñarol o Nacional- según la encuesta famosa del otro día, apenas el 12 % de la población del país. Y la gran mayoría de nosotros jamás peleamos por un título ni nada que se le parezca. Lo nuestro es diferente y no nos da vergüenza admitir que nuestra principal aspiración es -año a año- zafar del descenso. Y no mucho más.

Pero seguimos yendo -cuando se puede, por los horarios- al Roberto, a ver al cuadro que más veces ha cambiado de diseño de camiseta, al que algún día fue la "Escuelita" formadora de grandes jugadores, dueña de una mística de buen fútbol por encima de -y sin importar demasiado- los resultados. 

Somos una hinchada sufrida, con cíclicas crisis económicas, un cuadro "ascensor", un club sin grandes contrataciones -ni siquiera a nivel de cuadro chico- y sin aspiraciones de estar arriba. Pero llevamos los colores verde y blanco en el corazón, queremos a nuestros jugadores y nos bancamos lo que sea, sin pedir nada a cambio. Tendremos por siempre el recuerdo de la Copa Libertadores que jugamos dignamente en 2010, con más emoción que algunos poderosos que la ganaron. 

¡Vamo el Racing, todavía!.



26 de septiembre de 2013

A 5 años de la gran crisis económica mundial

En 2008 reventó la burbuja inmobiliaria norteamericana y con ella, millones de personas en todo el mundo -no sólo en el país de origen, gracias a la bendecida globalización- vieron arruinadas sus vidas, siendo desalojados de sus casas y/o perdiendo sus empleos. Gente que, muchas veces, ya está en una edad en la que esta sociedad no incluye dentro de los que les puede dar empleos.

Pero la crisis que ha demolido las economía de unos cuantos países no fue el resultado de una catástrofe natural imposible de modificar sino que, muy por el contrario, es culpa de la avaricia, la irresponsabilidad y el cretinismo de un puñado de jerarcas bancarios que distorsionaron la economía mundial, introduciéndola en un circo artificial imposible de mantener con el tiempo. Hoy esa gente, sin embargo, no sólo no perdió un dólar y mantiene sus privilegios, sus fastuosos salarios y su nombre impoluto. También siguen dando consejos, imponiendo gobernantes y manteniendo sus rancias ideas. Los talibanes del neoliberalismo keep walking.

A nivel local, por lo menos la familia Peirano -principal culpable de la crisis de la clase media en 2002- fue condenada penal y socialmente; hubo grandes cambios políticos en el país y no parece haber mayormente lugar para las ideas económicas antiestatales defendidas por "Búsqueda". Sin embargo, cuando un banco off-shore (una casa de cambio sofisticada, no un banco convencional) es legítimamente investigada por lavado de dinero, los neoliberales criollos -con el inesperado apoyo de Astori, que cada vez está más cerca de ellos y más lejos de sus columnas en "Brecha" de hace unos años- pegan el grito en el cielo y vuelven a la carga con sus anuncios de apocalipsis próximos si no seguimos detrás de su pensamiento único. 

No hubo responsables en el Primer Mundo, sin embargo. Nadie fue encarcelado, nadie fue despedido (de ellos) y nadie perdió su sillón. Ni siquiera perdieron la batalla de ideas y siguen repitiendo sus consignas mentirosas y fanáticas. Nadie tuvo la decencia de defenestrar a las famosas empresas que calculan el riesgo y le daban la calificación óptima a quienes habían creado fondos artificiales de una manera insostenible, supongo que porque era de los suyos. Porque los solventes bancos cooperativos reciben calificaciones peores que la especulación financiera, es un misterio que sólo se puede explicar por prejuicios de clase. Lo peor es que todavía siguen opinando.

Ahí está el presidente de Bolivia. No es neoliberal sino socialista, no tiene títulos universitarios ni un apellido ilustre y para peor, no es blanco. Durante años fue tomado como un chiste y no como un presidente igual a los otros. El tema es que ha elevado significativamente el nivel de vida y ha bajado las enormes desigualdades en su país, sin utilizar las recetas dictadas por los talibanes occidentales, sino todo lo contrario. Latinoamérica crece en sus indicadores económicos luego de seguir un camino propio, a pesar de los proteccionismos del decadente Primer Mundo, impuestos por la fuerza. Sin embargo, los talibanes del neoliberalismo se siguen dando la cabeza contra la pared.

30 de agosto de 2013

Historia Ilustrada del Jazz 35

ADDENDA: CARLA BLEY, HAMIET BLUIETT, DONALD BYRD Y BILL FRISELL

Finaliza esta serie "Historia Ilustrada del Jazz". Por cierto, la música improvisada que tanto amamos seguirá su camino incorporando nuevos talentos y generando caminos inéditos, porque así debe ser. En los 34 capítulos anteriores se vio la evolución del género desde su formación a partir de muchas tradiciones diferentes y su mestizaje hasta la actualidad, anclado en una música "fina", selecta y minoritaria.

Éste no fue un trabajo académico y, por cierto, no es la mejor de las muchísimas historias que se han hecho -yo he leído unas cuantas- pero fue la entrega entusiasta de un aficionado desde un rincón tan remoto a la germinal New Orleans. Gracias a los avances tecnológicos en informática, fue posible complementar mis textos con la propia música de los artistas mencionados, permitiendo una interacción imposible para tantos libros tan meritorios. Esa posibilidad de escuchar a John Coltrane o Miles Davis, al mismo tiempo que se describía su estilo es lo que más me impulsó a realizar esta serie que está llegando a su fin.

Habiendo arribado al hoy -que todavía no nos permite estudiar en la imprescindible perspectiva que da el tiempo- finalizaré esta Historia con el recuerdo de algunos músicos que no tuvieron en su momento una reseña específica pero que vale la pena hacer conocer en estos agregados, ordenados alfabéticamente y reseñados brevemente.

Carla Bley     

Carla Borg (1938- ) mantiene su apellido muchísimos años después de divorciarse del pianista free Paul Bley. Es de la clase de pianista más destacado por su actividad directriz y arreglística que como instrumentista, aunque no es nada despreciable. Menos vanguardista que Paul, su música tiene resonancias de Charles Mingus, aunque ha incorporado muchos elementos de rock y de hip hop en los últimos años. En los 60 se volvió a casar con un músico de comienzos free jazz, el trompetista autríaco Mike Mantler.

Hamiet Bluiett

Con uno de los nombres más complicados de la historia del jazz, Bluiett (1940- ) es uno de los principales ejecutantes del barítono, ese olvidado pariente de la familia de los saxos. Comenzó a hacerse conocido en la singular banda "World saxophone quartet", integrada exclusivamente por saxofonistas (los altos Julius Hemphill y Oliver Lake, el tenor David Murray y el propio Bluiett), aunque antes había tocado con el propio Mingus. Posteriormente, ha desarrollado una sólida carrera solista (poco común en barítonos que no se llamen Gerry Mulligan), siempre con el recuerdo de su ídolo, Harry Carney, barítono durante décadas de la orquesta de Duke Ellington.    

Donald Byrd 

Iniciado como tantos en los Messengers de Art Blakey, Donald Byrd (1932-2013) descolló como
descubrimiento joven tanto con Blakey como con Coltrane o Sonny Rollins. Sin embargo, a los pocos años comenzaría a generar polémicas interminables al haber sido uno de los primeros -antes que el más recordado "Cannonball" Adderley- en abandonar el hard bop para adoptar el nuevo sonido "funk", más comercial y menos purista pero no por ello, sin interés. La crítica especializada se ensañó un poco de más con este brillante trompetista que, si bien prescindió de desarrollar un camino arriesgado que en realidad pocos siguieron, nunca abandonó el buen gusto y la calidad. Un poco amargado por tantas críticas, en los últimos 40 años espació bastante su actividad en conciertos y grabaciones para dedicarse más a la docencia.

  Bill Frisell 

Frisell (1951- ) es uno de los pocos grandes guitarristas de jazz de los últimos tiempos que no siguió por el camino de la fusión con el rock. A diferencia de la mayoría de los músicos que hemos visto, no se hizo famoso antes de cumplir los 30 años, siendo descubierto por Pat Metheny, curiosamente uno de los principales guitarristas de fusión.

Lo más característico de su estilo es su gran dominio de los efectos electrónicos en la guitarra, que nunca son gratuitos sino elementos para ampliar su sonoridad y la variedad de acordes. 

Con un estilo único, aunque un poco olvidado, si bien en los últimos años -como tantos otros músicos de jazz- Frisell se ha abierto a colegas de otros géneros, en esta década de los 10 ha vuelto a un sonido más puro. Su disco "East/West" (2005) permanece según los críticos como uno de los mejores del nuevo siglo.

12 de agosto de 2013

Spinetta 4 (y final)

Luis Alberto Spinetta (o simplemente "El Flaco") se murió y su música parece que va a ser olvidada y abandonada en el ostracismo que lo condenó su éxito inicial y no recorrer a partir de ese suceso comercial, el camino que hacen todos de andar desesperados atrás de esa canción fácil que todas las radios difundan para que se repita hasta el hartazgo, sin importarle a nadie si eso sirve para algo o es sólo mercadería barata.

No, el Flaco hizo siempre lo que quería hacer. Creía en su camino y no se apartó de él nunca. Tocó lo que quiso, lo que sentía y no aceptó encasillamientos.

Almendra, Pescado rabioso, Invisible, Jade, Los socios del desierto, son los nombres de las bandas que creó, además de sus numerosos discos solistas. Toda esa música fue bastante difícil de encontrar en las disquerías de nuestro país y aún hoy no es tan fácil descargarla.

Desconocida o conocida a medias, excepto por algunos fanáticos que parecieron dispersarse rápidamente, Spinetta fue un tipo incomprendido, de culto malgré moi y poco estudiado como músico. Todavía queda mucho por disfrutar de sus discos, ahora que ya no está para seguir sorprendiéndonos con caminos nuevos. 




26 de julio de 2013

Contámela en colores

La historia es bastante conocida, o no. Héctor Amodio Pérez era uno de los principales dirigentes del movimiento guerrillero urbano uruguayo MLN, conocidos popularmente como "Tupamaros". Concretamente, junto con Henry Engler eran los principales de la llamada Columna 15, la más violenta y "fierrera" de la organización.


Amodio fue detenido -como varios de sus dirigentes- por las Fuerzas Armadas en 1972 después de la etapa más violenta del enfrentamiento con numerosas muertes y ajusticiamientos en un bando y otro. Nunca más se supo de él. Si no fuera por los múltiples testimonios de todo tipo que lo sindicaban como traidor del movimiento, figuraría como otro detenido desaparecido. Como todos saben, reapareció voluntariamente hace pocos días y se supo parte del misterio: habría pasado estos 40 años en España, con otro nombre -lógicamente- trabajando honradamente.

Al principio comenzaron a circular -sorpresivamente- unas cartas atribuídas a él enviadas a varios medios de prensa, de los cuales solamente "El país" (cuando no) publica extractos, supongo yo que porque Amodio formula varias críticas a las dirigencias tupamaras de antes y de ahora. Finalmente "El observador" -un medio no elegido por él- es quien lo entrevista en España y un programa de VTV presentó un extenso programa donde finalmente pudimos conocerlo y escuchar su versión.

Que es bastante particular. En algún momento el periodista Gabriel Pereyra le dice: -Usted era uno de los principales dirigentes del MLN, de los más requeridos; usted dice que nunca dio un nombre, nunca delató a nadie y nunca hizo que detuvieran a ninguno de sus compañeros... ¿entonces cómo es que se explica que usted nunca sufriera torturas como los demás y que después los militares lo dejaran ir y colaboraran para su seguridad?. Amodio, el Amodio de 2013 no sabe qué decir a ésto.

La personalidad que se revela en este reportaje televisivo coincide con lo que uno siempre había escuchado del misterioso Amodio. Un tipo egocéntrico, maniáticamente obsesionado con ser el número uno en todo, ser principal y superior a los demás. Si va a trabajar en España, sabe más que los españoles; si va a ser guerrillero, es más lúcido que todos los demás tupas. De ahí su resentimiento central con quien ha permanecido como la principal figura del MLN, Raúl Sendic, que le estaría usurpando el papel que él cree que merece. Amodio cree que él sabía cómo tenían que hacerse las cosas y todos los demás no sabían nada. Seguramente ve que algunos de sus ex compañeros hoy son Presidente de la República, ministros, senadores y él sigue siendo despreciado.   
      

La historia "oficial" del movimiento tupamaro tiene numerosas lagunas e interpretaciones infantiles. No sólo hay un intento de limar las decisiones más polémicas (acciones violentas, gente que se mandó al matadero) sino también la intención de engrandecer su verdadera importancia en la historia del movimiento popular uruguayo, de paso dándole apoyo a la nefasta "Teoría de los dos demonios". Seguramente, Amodio tiene varias verdades para aportar, pero no desde los celos, la envidia y la mentira. 

En algún momento intenta explicar por qué a él nunca lo torturaron: habría sido la promesa que le hizo un oficial a su tía que conocía a Amodio de niño. Lástima para Yessie Macchi, hija de un alto oficial de las FFAA, que no tuvo tanta suerte. En otro pasaje de la entrevista pretende que él jamás dio información, sólo intentó (y sin suerte, encima) ordenar los esquemas de la estructura del movimiento que tenían los represores. Pero no explica por qué éstos se enteraron de lo que Amodio sabía y nunca supieron lo que él no. O por qué cayeron algunos a los que el traidor particularmente despreciaba y se salvaron otros por los que tenía aprecio.

No pude, lamentablemente, subir videos sobre la entrevista pero son muy fáciles de encontrar en Youtube.

14 de julio de 2013

A contracorriente: John Wayne

Aclaración: Si opino sobre un actor no lo hago dependiendo de su posición política. Hay gente que tiene opiniones totalmente compartibles pero que no trago. Se me ocurre un Roberto Begnini como ejemplo. Hay otros, en cambio, que están (o estuvieron en vida) en las antípodas de mi pensamiento y me encantan. Gary Cooper, sin ir más lejos. 

John Wayne fue un actor políticamente muy conservador, como tantos otros, pero con la característica de tener un pensamiento fácilmente caricaturizable, patriotero y chillón como el de muchos norteamericanos. El hecho de que durante toda su carrera fílmica repitiera ese esquema casi sin variaciones, lo hace carne fácil de cañón.

Para mi gusto, los mejores actores y actrices son los que saben desempeñar varios papeles diferentes, huyendo del encasillamiento. Wayne -como Sean Connery, otro recordado en esta serie pero peor- siempre hizo el mismo papel sin tener el menor interés de cambiar. Y probablemente, sin capacidad de hacerlo.

Invariablemente era el más vivo de la película, era el que más sabía de todos y el que le enseñaba a buenos y malos lo que tenían que hacer. Aún viejo y gordo, siempre era el más duro, el más rudo y el más temible. Nadie podía soñar con empatarle siquiera, aún si fuera otra estrella -Henry Fonda y James Stewart son los primeros que me acuerdo que compartieron cartel con él- a ellos siempre les faltaba algún vintén pal peso y terminaban "rindiéndose" al "number one".

Probablemente se la creería, pero me gustaría decirle que no basta con hacer -siempre- papeles de crack para ser crack. Así como no basta con contratar actores secundarios que se dejen pegar para ser un guapo. Osvaldo Soriano en su primeriza "Triste, solitario y final" (1973) lo caricaturiza acertadamente como un matón cobarde y agresivo, que golpea innecesariamente al protagonista.

Mucha gente aún lo considera como uno de los grandes actores (actor es algo muy diferente que estrella, lo cual indudablemente era) del cine clásico, afirmación con la que me permito discrepar. Indudablemente, tenía eso difícil de definir que se podría nombrar como "presencia cinematográfica", cosa que la gran mayoría no tiene pero un buen actor...

El tema es que su obtusa, fanática y un poco infantil ideología personal impregna toda -o gran parte- de su filmografía. Nunca hizo en sus películas de otra cosa que de John Wayne, desconociendo cualquier noción de composición de personajes, en aras de escupirnos su discurso patriotero y payasesco de imperialismo guerrero. Nunca dejó de hacer de super héroe a quien todos le debíamos devoción pero, por lo menos, dirigido por algún artista serio como Hawks o Ford, pudo integrarse positivamente en más de una obra maestra sin estropearla.         



"La diligencia" (su consagración como actor, dirigido por el señor director John Ford)

"Los boinas verdes" (JW quiere ganar él sólo VietNam, dirigido apenas por él mismo)

27 de junio de 2013

Cine: Historia Ilustrada 34

EL FREE CINEMA BRITANICO: LOS ANGRYS

Si la Nueva Ola francesa impactó profundamente en el mundo por su cine mucho más joven que el de Hollywood que llegaba a las pantallas de todo el mundo, mucho más atrevido, más suelto y menos estereotipado, con una temática mucho más audaz y crítica, los británicos ya habían empezado unos años antes a dinamitar a la mirada paternalista, vieja y conservadora de su propia sociedad. A diferencia de sus pares del otro lado del Canal de la Mancha, los ingleses hicieron un cine mucho más sólido en su crítica social -bastante dura, en general-, mucho más integrado en forma y contenido y mucho menos errático. Si bien en el viejo imperio nunca tuvieron su "Hiroshima mon amour", el grueso de su producción de la época se mantiene mucho más rica, interesante y removedora aún hoy en día, 50 años después.

Ello fue así en parte por la existencia en las islas de una serie de dramaturgos y novelistas de gran calidad que alzaron su voz de protesta contra el clasismo, el estancamiento mental y social de un mundo que estaba pidiendo a gritos una renovación de los viejos esquemas, en el cine y en la vida en general. Los Beatles vendrían después. La nouvelle vague francesa, también.

En general, se considera a "Almas en subasta", dirigida por Jack Clayton (foto 1), como la primera película del movimiento, si es que puede considerarse como tal a esos jóvenes que sacudirían al cine británico. La película no sólo era una crítica inusitada sobre la mentalidad férreamente clasista sino también, al mismo tiempo, una muestra de un cine mucho más joven, más agil y menos acartonado. Posteriormente Clayton adaptaría notablemente a la brillantemente sugestiva novela de Henry James "Otra vuelta de tuerca" en "Posesión satánica" (originalmente denominada "The innocents", los horribles títulos castellanos no son culpa mía) en 1961 y tendría varios años después un poco de repercusión mediática en Hollywood con la superproducción retro "El gran Gatsby" (1974) con dos actores de moda como Robert Redford y Mia Farrow pero sin la necesaria taquilla, lo que lo dejaría por el camino definitivamente.

Pero el denominado "Free Cinema" tuvo su prehistoria en cortos. Fundamentalmente, con "Momma, don't allow", codirigido por Tony Richardson y el checo Karel Reisz (foto 2). Éste posteriormente haría "We are the Lambert boys", siguiendo con la línea trazada de mostrar a las clases populares -con sus virtudes y defectos- en un tono realista inédito en las pantallas del Reino Unido.Reisz se consagraría con un brillante "Todo comienza en sábado" (1960) que haría llamar la atención sobre el casi debutante actor Albert Finney, en un retrato -como "Almas en subasta"- de un joven pobre despreocupado, frívolo, cínico y arribista, única manera que parecía haber de tener una vida digna en la sociedad retratada.

En 1966 realizaría la caustica "Morgan, un caso clínico" y en 1968, la olvidada "Isadora", una biografía de la polémica bailarina Duncan, ambas con Vanessa Redgrave. Reisz no haría mucho más, ni tendría demasiada repercusión, salvo una interesante "La amante del teniente francés", para el estrellato de Meryl Streep.

 
Fragmento de "We are the Lambert boys" (1959) de Karel Reisz (en 2'10'' se ve un cartel de corned beef "Fray Bentos")


Fragmento de "Almas en subasta" (1958) de Jack Clayton

Fragmento de "Posesión satánica" (1961) de Jack Clayton

Tony Richardson (foto 3) fue otro brillante adaptador de la literatura crítica que se hacía en esos tiempos en Gran Bretaña: John Osborne en "Pasión prohibida" (1959) e "Imprevisto pasional" con Laurence Olivier; Shelag Delaney con "Sabor a miel" (1961) y Allan Sillitoe con "El mundo frente a mí" (1962). Más allá de los pésimos y traicioneros títulos en nuestro idioma -insisto- sobrevive una solidez narrativa poco común en otros cines renovadores que vendrían poco después, una frescura en la mirada a jóvenes y clases populares que habían tenido muy poco espacio hasta ahora en las películas nacionales.

 En 1963 se consagraría comercialmente con "Tom Jones, hombre de audacia" (foto 4), colocando a Finney como actor estrella y ganando sendos Oscar a mejor película y mejor director. Los airados británicos parecían haber sido aceptados plenamente por la industria que en realidad, nunca los había despreciado. El cine en estudios, artificial y estático, evasivo y fantasioso, estaba agotado y la apuesta del cine para derrotar a una cada vez más peligrosa televisión no pasaría -en general- por espectaculares mamotretos en pantalla ancha y color sino en un cine joven, modesto y ágil pero también inteligente y con cosas para decir. Por lo menos, por algunos años.

Richardson posteriormente realizaría producciones importantes, bastante revisionistas de temas clásicos como "El marino de Gibraltar" (1967) y "La carga de la brigada ligera" (1969) pero su importancia se diluiría, tal como ocurrió con todos los angrys, quienes no supieron mantener una presencia importante en las carteleras comerciales, luego de superado el impacto de su irrupción juvenil.

Otro director que llamaría la atención con sus primeros films, aunque en menor medida, fue John Schlesinger, con "Algo que parezca amor" (1962) y "Algo de verdad" (1963). Más éxito tuvieron "Darling" (1965) -Oscar como actriz a Julie Christie- y "Lejos del mundanal ruido" (1967), sobre Tomas Hardy. 

Schlesinger tuvo más suerte que sus compañeros en Hollywood. Suyos son algunos títulos comercialmente importanes como "Perdidos en la noche" (1969), primer Oscar a una película adulta luego de consagrar a frivolidades musicales y "para toda la familia"; "Como plaga de langosta" (1974), otro film retro y "Maraton de la muerte", un policial entretenido que podría haber hecho cualquier otro.

Quienes mantuvieron -aunque sea en parte- sus inquietudes juveniles se vieron limitados a filmar películas poco distribuídas, desconocidas para el gran público o refugiarse directamente en la televisión. En cambio, quienes consiguieron permanecer en la industria, lo hicieron a costa de realizar un cine impersonal, generalmente digno pero muy lejano a lo que habían hecho en sus comienzos.    



Fragmento de "Sabor de miel" (1961) de Tony Richardson


Fragmento de "Terminus" (1961) de John Schlesinger

Lindsay Anderson (foto 5) es un caso aparte. Prestigioso crítico -especialmente por su elogiadísimo libro sobre John Ford- nunca se molestó por tener una filmografía muy espaciada. Debutó en el largo -tenía numerosos cortometrajes realizados- con "El llanto del ídolo" en 1963 pero tuvo su mejor momento con "If...", la visión británica de un momento social (1968) muy especial, con un motín juvenil en un prestigioso colegio privado, ametralladoras incluídas. 

Anderson seguiría con su espíritu iconoclasta con la menos recordada "Un hombre de suerte", nuevamente con la nueva estrella Malcolm McDowell, quien venía de consagrarse internacionalmente con "Naranja mecánica". Más politizado y más sólido culturalmente que sus colegas de movimiento, no hizo concesiones a la industria y vio menguar sus posibilidades de filmar, a la vez que su iracundia se fue mermando con los años, llegando a filmar la inédita en Uruguay "Las ballenas de agosto" en 1987, como homenaje a los veteranísimos Bette Davis, Lilian Gish y Vincent Price, que está bien pero que no tiene nada de la ya lejana iracundia.
Si bien se puede resumir que los artífices -desde la dirección- del llamado Free cinema británico tuvieron un corto cuarto de hora en la industria de Inglaterra, no por eso se debe olvidar que prácticamente todo el cine inglés posterior deriva de ellos, incluyendo un período particularmente brillante en los 80. También es de remarcar el lanzamiento de varias actores juveniles que tuvieron más suerte en general, refrescando las pantallas mundiales: Vanessa Redgrave, Richard Harris, Malcolm McDowell, Allan Bates, Tom Courtenay, David Warner, Albert Finney. 

Fragmento de "If..." (1968) de Lindsay Anderson


Fragmento de "Un hombre de suerte" (1972) de Lindsay Anderson

11 de junio de 2013

Von Rompaey: andá llevando

El ex Presidente de la Suprema Corte de Justicia, el Dr. Leslie Von Rompaey escribió en el prólogo del libro anónimo contra la despenalización de la interrupción del embarazo, presentado hace pocos días que quienes estamos "a favor del aborto" (sic) no hemos presentado casi ningún argumento.

Yo, que aún no terminé Secundaria -probablemente lo haga en unos meses- me tomo el atrevimiento de enumerarle respetuosamente al prestigioso abogado algunos. No soy -ni intento serlo- el portavoz de los movimientos a favor de la despenalización, ni los integro. Solamente tengo derecho a opinar, como cualquier ciudadano. Y un blog.

Hay una entrada anterior mía sobre el tema hace dos años. Se puede leer acá:

Yo decido (si nací con pito) del 30/5/11

Trataremos de no repetirnos, ahí decía algo así como que:

-Quienes tenemos la opinión contraria de Von Rompaey, Tabaré Vazquez y los del Opus Dei estamos a favor de la despenalización del aborto y no del aborto en sí. Queremos dar libertad a quienes quieran hacérselo, no inducirlas. 

-Quienes quieren prohibirlo (o que siga prohibido), que son básicamente determinadas iglesias empezando por la Católica Apostólica Romana no tienen autoridad moral ni injerencia para imponer conductas a mujeres que, probablemente, no predican su credo.

-En el caso de los cultos (y muchos personajes) no han demostrado ni remotamente ningún interés por la vida o por los derechos humanos de nadie, cuando en nuestro continente sobran las masacres, las injusticias y las desigualdades. Es gente poderosa y adinerada que nunca antes se había movilizado por nada mientras a su alrededor pasaba de todo.

-Muchas veces la prohibición encubre el pingüe negocio que realizan muchos médicos en la clandestinidad de sus clínicas, donde cobran lo que se les antoja y trabajan como quieren.

Es muy viejo y manido el truco de presentar a quien está en contra de nuestras posiciones como que no tiene argumentos. El problema de Von Rompaey es que probablemente sólo lee "El país" o ve "Telenoche 4", que no son precisamente ejemplos de pluralismo de ideas. Pero vamos a ilustrar un poco mejor al doctor Leslie, así reflexiona un poquito:

-La despenalización no lleva al incremento de abortos. No hay pruebas estadísticas de ello en ninguna parte del mundo. Lo que podría hacer descender el número de abortos (intención compartible) sería la educación sexual y la información responsable, pero a ésto también se oponen los fanáticos religiosos.

-En Estados Unidos en los 80 hubo una serie de atentados terroristas llevados a cabo por militantes antiabortistas, con el lamentable saldo de varios muertos. Curiosa forma de defender la vida...

-Si bien hay que estar atentos a que no se creen sociedades que se dediquen a la selección artificial, lo que podría llevar a que se desechen los niños que no sean rubios o cosas así, es deseable que determinadas enfermedades congénitas (por ejemplo, la columna bífida) que sólo pueden traer sufrimiento extremo propio y de los familiares a cargo. En España los movimientos "Si a la vida" (no es el único país) se oponen también a abortos en estas condiciones. Y también a los de embarazos resultantes de violaciones.

Uno podría afirmar que, en realidad, los que "están a favor de la vida" no tienen más argumento que el de defender al embrión. Están en contra en su gran mayoría -como se ha dicho- de la educación sexual y de todo método anticonceptivo, por lo cual todas las parejas del mundo estarían obligadas a seguir sus fanáticas concepciones y tener todos los hijos "que Dios les da". Con ese criterio tampoco podríamos tratar un cáncer o aliviar un dolor. 

En la anterior entrada mía sobre el tema o en la finalizada serie "¿Las mujeres son todas putas?" recibí varios comentarios -algunos con el popular login "Anónimo"- con opiniones bastante diversas de la mía. Ningún problema con eso, lo polémico es que solían abundar en afirmaciones muy traídas de los pelos del estilo "las mujeres son así o asá", dando por indiscutible que ellas son muy diferentes -e inferiores o incompletas- con respecto a los hombres y por eso no se les podía dejar en sus manos la decisión sobre sus embarazos. Yo opino todo lo contrario.     

28 de mayo de 2013

NCIS: Una serie diferente

Cuando digo diferente, no quiero referirme a una serie que vaya a cambiar la historia de la televisión o plantee una revolución audiovisual, sino más modestamente, se trata de un programa que introduce un poco de espesor e interés en los habituales muñecos de otras series similares.

 Me explico: todos hemos visto los diferentes CSI (objeto de una próxima entrada); pues bien, salta a la vista que los diferentes integrantes de los equipos investigadores suelen ser meramente personajes unidimensionales cuya única razón de ser es decir la frase adecuada en el momento preciso. No parecen tener vida, no parecen ser seres humanos realizando un trabajo, sintiéndose a veces fatigados, molestos, tensos o frustrados. Más allá de algún caracter excénctrico, que supongo yo, están para aportar un costado humorístico, nadie en la mencionada CSI o similares parece tener sangre en sus venas.

En NCIS, en cambio, si bien no deja de respetar las convenciones más elementales de un policial común (los investigadores siempre se salen con la suya en una hora de programa, siempre avanzan, son demasiado lindos, nunca se pelean realmente entre sí) hay algunos elementos que la hacen más interesante de lo habitual. En primer lugar sus personajes, justamente. Que sudan, se cansan, tienen ganas de ir al baño y parecen tener una vida más allá de su (novelesco) trabajo.

El director, Jethro Gibbs es el menos logrado, en mi modesta opinión. Duro, severo pero justo, chirria un poco la exagerada admiración y temor que suelen tenerle sus subordinados y los frecuentes comentarios de ellos que lo presentan poco menos que como un super héroe. Es una personalidad muy difícil de representar y la actuación de Mark Harmon, buena en general, no da la talla para tanto.

El agente "Tony" Di Nozzo es mi preferido: mujeriego, burlón, charlatán y cinéfilo, está todo el tiempo burlándose de su compañero "Tim" Mc Gee, quien es una contraparte más seria y metódica. Ese dúo se lleva las palmas y en el medio la agente procedente del Mossad israelí Ziva David no tiene una personalidad definida, llenando el espacio con una imagen femenina -pero nada blanda- sin demasiado destaque. Estos son los denominados "agentes de campo". Los investigadores son la freak -y graciosa- Abby Sciutto, excéntrica y eficaz y el forense un poco excéntrico y chapado a la antigua "Ducky" Mallard (David McCallum, actor de culto de la televisión de los 60).    

Los crímenes que esta división de la Armada yanqui investigan suelen ser bastante originales y sin tanta vuelta de tuerca exótica como se ven en la paradigmática CSI. Nunca se pone en cuestión las invasiones del gobierno norteamericano en Afganistán o Iran -frecuentemente mencionadas- y difícilmente lo permitirían en U.S.A., más cuando el comienzo de esta serie coincidió con la histeria patriotera post Torres Gemelas. En todo caso, se trata de hacer un programa de ficción y no complicarse la vida.

Mientras iba escribiendo ésto, llega la noticia de que NCIS es la serie más vista en su país por cuarto año consecutivo, aunque por estos pagos no sea la más popular, precisamente. Aparentemente, con un poco de carisma y otro poco de habilidad, alcanza y sobra para destacarse. Aquí se ve por AXN.  

6 de mayo de 2013

¿Redactan sentencias o emiten votos?

Hasta el fin de la dictadura -digamos, 1984- todos los profesionales universitarios se formaban en la UDELAR, gratuitamente, bancados por los impuestos que pagábamos todos. La idea era que -supongo- que quienes se podían formar y acceder a una preparación (y un título) terciario que les permitiera ganarse la vida mejor que quienes no podíamos hacerlo, después devolvieran sus conocimientos a la sociedad que los había financiado. Médicos, arquitectos, ingenieros y tantos otros profesionales nos -por decirlo de alguna manera- asesorarían técnicamente para mejorar nuestras vidas y no se transformarían en unas élites soberbias que pretenderían erigirse por encima de los que no tuvieron la suerte (el privilegio) de ser un "dotor". Cuánto de ésto último ha ocurrido, es motivo de discusión.

La profesión de abogado es, por cierto, bastante particular. Andan por allí millones de chistes sobre ellos, sobre cómo se esfuerzan en joder a todo el mundo, con sus enredos y sus trapisondas. Cuánto de esto es una exageración y cuánto es verdad, queda a criterio de cada uno, de acuerdo a sus experiencias. Habrá de todo, como en cualquier otra profesión.   

No hay ciencia aséptica. Las ideas políticas y sociales de cada contador o de cada psicólogo determinan la manera de realizar su labor. Algunos dedican generosamente parte de su tiempo en trabajo honorario para los que más necesitan; otros intentan encaramarse entre los preferidos de los prvilegiados y, en el medio, están los que ni tanto ni tan poco, sino que más o menos. Pero, más allá de eso, uno supone que un médico lo atiende a uno según un criterio científico y lo trata de curar lo mejor posible, más allá de lo que piense sobre este mundo.

Varias de las decisiones bastante polémicas -y sesgadas- de la Suprema Corte de Justicia nos dan que pensar en si la defensa cerrada de la impunidad total para los culpables -de hecho, reconocidos al ampararse en la prescripción de los delitos- es por razones técnicas o porque ellos, personalmente como ciudadanos, están a favor de la no investigación bajo ninguna circunstancia de ninguna de las gravísimas violaciones a los derechos humanos en la dictadura. Posición que es -salvo contadísimas excepciones- la que han asumido ambos partidos tradicionales en forma casi monolítica. O sin casi.

Se puede pensar que los integrantes del máximo orden del Poder Judicial tienen una opinión jurídica a favor de la prescripción de los delitos militares por razones estrictamente profesionales. Seamos generosos y pensemos eso. Pero el inexplicado traslado de la jueza Motta -quien, como la fiscal Guianze, sin salirse del marco técnico, avanzó mucho por el camino contrario al de la SCJ y los blanquicolorados- no ayuda nada a que creamos en la asepsia de sus decisiones. Lo del apartamiento de la jueza que investigó correctamente es una mancha innegable en la confianza que nos puedan dar los cinco integrantes de la Corte. Se parece demasiado a un abuso de poder para beneficiar a determinadas intencionalidades políticas y muy poco a la función para que les pagamos el sueldo a esos Ministros.

Ministros que, no hay que olvidarlo, para ser elegidos en sus funciones deben ser votados por los legisladores. Más de un juez en un pasado no tan remoto -y en democracia, por cierto- fue vetado por el Partido Rosado sin ninguna razón clara y muchos ascensos han demorado en el Poder Judicial sin que sepamos los motivos, a menos que pensemos mal y revisemos si esos postergados han molestado a impunes, poderosos o jerarcas. En cambio, al fiscal Moller que votó para cerrar el caso de Macarena Gelman sin razón evidente, no sólo se lo ascendió rápidamente sino que también se le votó una ley especial con nombre y apellido que permitía, insólitamente, que trabajara para un diputado blanco al mismo tiempo que mantenía su jugoso sueldo en los juzgados.

La pregunta es: ¿tenemos alguna garantía en nuestro país de Justicia por parte de las autoridades del referido poder o abusan a discreción de sus jerarquías de acuerdo a sus intereses?.             

18 de abril de 2013

Spinetta 3

Digamos la verdad: la poesía de Spinetta era enormemente críptica. Muchas veces no era fácil saber de qué trataban sus letras.

Pero la fascinación que creaban, la constancia de ser un músico diferente que no ensayaba fórmulas fáciles sino que se adentraba por caminos personales y la simple calidad de su música -qué diferente a tantos conjuntos que sólo piensan en el aplauso fácil de las barras que agitan y no escuchan- nos conquistó para siempre.

Estuvo siempre la tentación -tan uruguaya- de seguir al artista "de culto", "maldito", ese que sólo uno -y otros poquitos que no nos molestan- conocen y los demás, no. Pero otros lo supimos valorar por lo que daba y comprendíamos su ostracismo de los grandes medios.

Se murió sin tener la repercusión -y la difusión- merecida a tanta calidad vertida en discos que no estaban nunca en los casi deportivos rankings de las FMs, esas que no entienden nada de arte. 



CREDULIDAD

CRISTALIDAD

TODAS LAS HOJAS SON DEL VIENTO

A STAROSTA, EL IDIOTA

BAJAN