La cosa comenzó, en forma más o menos masiva, en los años 60, como tantas otras cosas. Algunos intelectuales, más del Tercer Mundo que del Primero, cuestionaron la visión caricaturizada que, tanto en películas como en historietas (dos artes que nacieron prácticamente al mismo tiempo), se brindaba de nuestros países que no tuvieron la suerte de ser creados allá arriba en el Norte, donde se deciden los destinos de todo el Mundo. "Colonialismo" era la palabra clave.