Por fin, mal o bien, terminó la impunidad. Sea un paso legislativo, simbólico o jurídico, terminó. Pero no me gustaría dejar de decir que:
-Quienes se negaron desde el primer momento a que se supiera algo de todo lo que pasó en este país, no tienen ningún derecho a decir que "hay que olvidar lo que pasó y mirar para adelante".
-Quienes se opusieron a que el pueblo pudiera opinar en las urnas no tienen ningún derecho a reclamar que ese mismo pueblo ya se expresó en plebiscitos y hay que respetar su opinión.
-Quienes votaron todos y cada uno de los mecanismos de impunidad, salieron a festejar en 2009 cuando no salió la papeleta rosada y nutrieron a la propia dictadura con muchos colaboradores de su partido, no tienen ningún derecho a pretender dar lecciones de democracia.
Por otro lado, queda la sospecha de que cada juez -que ahora sí tendrá la libertad de poder investigar qué pasó y poder resolver tanto crimen de lesa humanidad que hubo en Uruguay, decidirá según su ideología política y no sobre su punto de vista técnico. Así resolvió, por ejemplo, el fiscal Möller archivar el vergonzoso caso del asesinato de la nuera del poeta Juan Gelman, que tanto ha enchastrado el nombre del país, y poco después pasó a trabajar para un diputado blanco mientras mantenía su sueldo de fiscal, algo poco legal y poco ético.
Pero, en fin, poco a poco avanza la verdad. Y habrá que tener siempre presente quienes trabajaron a favor de impunidad total para todas las violaciones de los derechos humanos, defendiendo la dictadura fascista y atacando a la Justicia.
1 comentario:
es verdad alavaro , ""
Pero, en fin, poco a poco avanza la verdad.
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