Parece inaudito el pretender analizar a una actuación de la celeste de forma más o menos equilibrada, sin ceder a patrioterismos, demagogias o tremendismos infantiles. Esto ha pasado desde que tengo memoria y quienes ayer endiosaban hoy insultan y quienes ahora desprecian, mañana glorifican.
Indudablemente Uruguay fue la sorpresa principal de este Mundial, como antes lo han sido Croacia, Bulgaria o Turquía sin que se haya producido ningún cambio significativo ni en la presencia futbolística ni el presente social de esos países que también llegaron a semifinales en su momento. Más razonable parece ser que en todos estos torneos siempre hay sorpresas y decepciones, equipos que defraudan los -mecánicos- pronósticos previos y otros que -por una serie de factores- terminan rindiendo mucho más de los que sus historiales y nombres auguran.
Y no me vengan, por favor, con que nuestro país tiene 2 -o peor aún, 4- mundiales ganados y, en cambio, España y Holanda no tienen historia. Ni las piñas del Manco Castro ni el gol de Ghigghia influyen en lo más mínimo cuando se enfrentan en este 2010 Forlán, Cavani y Lugano contra Van Persie, Ozil o Boateng. Lo único que importa es cómo se para cada equipo en la cancha y cómo se desempeñan sus jugadores. Por primera vez, a mis 44 años he visto a un equipo celeste en un Mundial jugar dignamente, tratando de dar el mejor espectáculo posible y esforzándose por ganar todos los partidos. Los resultados muchas veces son mentirosos pero, salvo el debut con Francia, siempre nos dio gusto ver a Uruguay. Le ganó 3-0 a Sudáfrica, el único rival débil que enfrentó; derrotó con esfuerzo -y gran suerte en el caso de Ghana- a los que eran del mismo nivel y les jugó de igual a igual a las dos selecciones de primera categoría que le tocaron a partir de las semifinales, Alemania y Holanda. Ojalá podamos decir lo mismo de nuestro seleccionado en los próximos mundiales, más allá de la posición final que consiga.
Si bien este año se jugó en el hemisferio sur -y por lo tanto en invierno- y los jugadores no tuvieron que sufrir calores inhumanos, está claro que se ha estado usando la peor altura posible de la temporada, con numerosas figuras que no pudieron llegar por lesiones y otras tantas que no rindieron ni por asomo lo que pueden, más probablemente por agotamiento que por cobardía o aburguesamiento, como cree la mayoría.
Contra lo que suponía -desde aquí a más de 7000 kms.- este Mundial pareció muy bien organizado, salvo el tema de la seguridad en las calles, fruto de la situación de un país que sigue siendo de los más desiguales del mundo. La televisación fue muy buena, pero lamentablemente quienes no tienen algún servicio para abonados sólo podían ver algunos partidos. El promedio de goles fue apenas superior a 2, al igual que Alemania 2006 y se volvió a repetir una primera ronda soporífera y algunas emociones cuando los partidos eran mano a mano.
Los cuatro semifinalistas fueron equipos de juego preferentemente colectivo que -y no hay ninguna contradicción- supieron potenciar a sus individualidades. En el caso de Alemania y de Uruguay, estas estrellas eran pocas. Grandes equipos -o no- como Italia, Inglaterra, Francia, Portugal, Argentina y Brasil defraudaron no sólo al no llegar a las definiciones sino por no dar grandes espectáculos, que sí dieron -no siempre- los cuatro mejores.
Por otro lado, está claro que confederaciones como la CONCACAF o la de Africa -y en menor medida, Asia- están sobrerrepresentadas y varios países clasificaron sin la menor posibilidad de hacer un papel digno. Creo que Colombia, Ecuador, Suecia, Rusia o Turquía -por nombrar algunos eliminados- hubieran sido mucho más competitivos que Argelia, Camerún, Nueva Zelanda, Honduras o Corea del Norte. Se me ocurre que debería hacerse como en la UEFA, que en sus competiciones clubistas fija los cupos por países de acuerdo a los resultados de los últimos tiempos y en función de eso, los agrega o quita. Sólo la demagogia de algunos dirigentes permitió que los africanos fueran 6 en este mundial, algo que nunca justificaron con sus rendimientos, ni ahora ni antes. Así no sería tan insoportable la primera ronda. Sin embargo, parece que la opción de la FIFA para Brasil 2014 es exactamente la contraria. En fin...
En todo caso nos queda el más que honroso cuarto puesto, la alegría de haber jugado bien y de presentar un equipo que daba gusto ver. Eso sí, que nadie se crea que con ésto ya se solucionaron todos los problemas del pobre y triste fútbol uruguayo. Hoy, como homenaje a los 60 años del último título mundialista, lo mejor que podríamos hacer es dejarnos de joder con que somos una potencia futbolística, dejar de olvidar que cuando salimos campeones este deporte como tal no estaba desarrollado en gran parte del planeta y dejar de mitificar y embardunar de bronce la historia de esos campeonatos ya tan lejanos. Si hubo un Maracaná fue porque por esas cosas del deporte nuestra selección jugó ese 16 de Julio de 1950 mucho mejor que ese rival que en los papeles era netamente superior, aunque no era tan invencible porque apenas dos meses antes ya se le había ganado.
No se ganan partidos ni se consiguen campeonatos con "huevos", con patadas, con "boliche", con matonismos ni con la "historia". Se gana jugando mejor que el rival, lo que muchas veces no es fácil o no se consigue. Nadie salie campeón siempre, ni siquiera Brasil.
P.D.: Muy feos y conservadores los diseños de las camisetas.
4 comentarios:
Impecable análisis.
Por fin la selección jugó como un equipo, con un trabajo planificado. Y por primera vez desde que yo recuerdo (y vos también) los uruguayos nos unimos todos detrás de una misma bandera.
Gracias. Creo que la otra vez que nos unimos todos fue para putear a Hackembruch.
Bueno, por fin!!!!
Alguien que vio lo mismo que yo, claro tener 20 años y andar diciendo eso es ser catalogado y crucificado como contra...
Tambien nos unimos contra Battle alla por el 2002...
Y acerca de las camisetas, sabe usted estimado Alvaro que, personalemete ponria a diseñar las mismas a cargo de nuestro amigo de lacasaca.blogspot.com...
Sin duda muy pobre el mundial desde ese punto de vista, empezando por ADIDAS, creo que no hubo una que me haya gustado (ni la de Alemania que suele ser la mas linda de la marca bavara)
A mi no me crucifican porque no hay madera que aguante el peso.
Las casacas del referido blog suelen estar muy buenas. El mundo sería mejor si el futbol fuera jugado con esas camisetas.
En otro orden de cosas, me alegro sinceramente de coincidir con gente como ustedes.
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