29 de abril de 2010

No nos preguntaron lo que pensábamos...

EL 9 DE MAYO, VOTO EN BLANCO

En la época en que el 90 % de los uruguayos eran blancos o colorados, ley de lemas mediante, sumaban votos candidatos severamente enfrentados cuyas propuestas nada tenían que ver. Incluso, en algunos momentos del país, como por ejemplo después del golpe de estado de Terra, enfrentados a tiros. O en el 71, cuando Wilson Ferreira sumó junto a sectores no sólo que habían apoyado incondicionalmente al gobierno represivo de Pacheco sino que eran directamente golpistas.

Frente a eso, el Frente Amplio desde su creación opuso las candidaturas únicas y comunes a Presidencia y a las 19 Intendencias. No solamente un único candidato sino también un programa común y el apoyo de todos los sectores de la coalición. Es más, se eligieron intencionadamente personas independientes y no de los sectores (Seregni a la Presidencia y Hugo Villar para Montevideo).

En las mencionadas elecciones de 1971 yo tenía 5 años pero me imagino que no se impuso el criterio como vitalicio. Luego de la feroz dictadura y en la primera convocatoria electoral en 1984, en pleno reacomodo y con muchos proscriptos, se siguió el mismo criterio (Crottogini y Arana, aún no sectorizado). Pero ya allí se cometió una de las mayores imbecilidades de la izquierda uruguaya en toda su historia: el veto del PCU a Hugo Batalla para la Intendencia montevideana. Un brillante candidato querido por propios y extraños pero que se temía que tomara demasiada importancia. La derrota posterior por pocos votos haría más difícil de olvidar semejante canallada.

En 1996 se procesó -con el voto de partidos tradicionales y del sector de Astori- una curiosa reforma constitucional que, con tal de conseguir el balotaje para evitar -creían que para siempre- la victoria presidencial del FA, blancos y colorados aceptaron muchas de las pretensiones de la izquierda para limpiar el proceso electoral. La principal fue la eliminación de la ley de lemas y la candidatura única por partido luego de elecciones primarias. No se pudo conseguir lo mismo en cuanto a las candidaturas municipales pero se limitó a 3 candidaturas siempre que tuvieran un mínimo del 30 % de votos en la Convención Departamental (cosa que muchas veces se consigue digitando -sin ruborizarse- qué va a votar cada uno de los convencionales).

En la primera elección con esas reglas, el Frente -no sin resistencias arcaicas de varios sectores- habilitó una segunda pre candidatura de Astori a la Presidencia pero cuando se dieron las primeras municipales separadas de las nacionales, primó el criterio de mantener candidaturas únicas. En ese momento, fue evidente que en muchos departamentos la aplanadora del PS -el sector mayoritario del momento- le pasó por arriba a muchas candidaturas legítimas y deseadas que perdieron frente a nombres digitados por el partido de Gargano. El resultado, nuevamente: un desempeño muy inferior al esperado y la más que probable pérdida de algunas intendencias que estaban al alcance.

Ya en 2004, y luego de haber conseguido el gobierno nacional, se habilitaron candidaturas múltiples en muchos departamentos del interior. Incluso en algunos como en San José, Paysandú y Maldonado, comparecieron políticos blancos de reciente adhesión al FA, en un intento de captar votos por el centro. El 8 de Mayo del 2005, por primera vez el Frente conquistó intendencias en el interior. Muchas más de las previstas, ganando en todas las que se consideraban posibles (Maldonado, Salto, Paysandú, Rocha) y alguna que no estaba en los planes de nadie (Treinta y Tres). Eso sí, en Montevideo, bastión seguro de la izquierda, una sola candidatura e impulsada de pesado por el MPP. Salió Erlich por descarte.

Así llegamos a esta nueva convocatoria. En 7 departamentos tendremos 3 candidaturas y en otros 8, serán 2. Ahora son dos los bastiones donde ganamos fácil (Canelones y la capital) y por ello el Frente decidió que ahí tenía que haber candidatura única "para mantener la unidad". La cuenta se cierra con Lavalleja y Rocha, donde también habrá uno solo pero por decantación libre.

En política hay algo que se llama "candidatura natural". Un ejemplo conocido es en Maldonado, donde De Los Santos y Dardo Pérez son candidatos lógicos. Los frenteamplistas de allí decidirán libremente cuál de los dos prefieren. Una postulación única dejaría injustamente a una buena parte de los compañeros fernandinos sin su opción legítima. Algo parecido es cuando un político es postulado y recoge automáticamente el beneplácito de mucha gente. Es lo que pasó acá en la capital -donde los caudillismos departamentales son casi inexistentes- con Daniel Martínez y Carlos Varela. Ambos fueron mirados con buenos ojos por los montevideanos pero primó el aparato del FA y primero, se votó la obligatoriedad de una única candidatura. Y después, eligieron a uno de sus "pollos", desde uno de los sectores que dominan las caducas estructuras: el mencionado PCU.

O sea, entre quienes tienen copado el Plenario, se repartieron el botín más apetecible que no tiene ningún riesgo (allí surgió la tan lamentable frase de que "ganamos aún postulando a una heladera"). Salió Ana Olivera, podría haber sido alguien peor pero... el problema es que yo quiero elegir.

¿Sólo permiten opciones cuando hay lucha electoral y si nos aseguramos el triunfo por tener una gran adhesión, imponemos el intendente?. ¿Por qué no hay problemas de unidad en 15 departamentos?. ¿Por qué siempre deciden los mismos sectores?. ¿Por qué se reparten todo con cuotas por sectores?. ¿Por qué hay gente que tiene muchos votos -porque nosotros lo votamos- y no tienen ningún poder de decisión?.

¿Por qué no podemos decidir los frenteamplistas?.

Es por eso que voy a votar en blanco el domingo 9 y espero que sean muchos más para decirle a estos señores que van a tener que dejarnos elegir. Y que no queremos más lineazos de cúpulas. Porque nosotros somos el Frente Amplio.

4 comentarios:

andal13 dijo...

Mirá, nunca estuve ajena a una campaña política, pero esta siento que transcurre en un universo paralelo. Había dos buenos candidatos (el "mío", Daniel Martínez, y Carlos Varela, al que creo que no hubiera votado, pero no voy a dejar de reconocer sus méritos), pero claro, como nosotros igual votamos a una heladera, les cortaron las patas a ambos y pusieron a esta señora, que no digo que no sea capaz y la mar en coche, pero ya tenía su merecidísimo cargo de Ministra del MIDES, en donde seguramente hubiera hecho una labor encomiable. No, no, hay que pagar no sé qué deudas y favores, así que el candidato tiene que ser del PCU, aunque la gente esté reclamando -y votando- otra cosa.

Había pensado votar en blanco, pero votaré el alcalde que me corresponde, que es del PS y hace años viene trabajando en cuestiones municipales.
Y que a la heladera la voten otros.

Alvaro Fagalde dijo...

Yo tambien voy a votar al alcalde, que supongo q es el mismo. Voy a votar en blanco para intendente (o intendenta)

andal13 dijo...

Jeje, al menos va a sacar dos votos...

Detaquito dijo...

Yo voy a votar totalmente en blanco.-
por las mismas razones expuestas por Andal y por mi concreto desconocimiento de las funciones del alcalde y de los candidatos para el cargo.-