28 de septiembre de 2012

El juramento hipócrita

El señor Ramela, dirigente del Partido Colorado, defendió muy pero muy enérgicamente a los cirujanos en conflicto con el M.S.P. Entre sus argumentos, estaba el de que el gobierno se enfrenta duramente al gremio de los médicos quirúrgicos porque la gran mayoría de ellos no son votantes del Frente Amplio. Se le olvidó decir que por eso mismo, por primera vez en más de 30 años es que un político de un partido tradicional no ataca con fiereza un conflicto gremial. No es lo único que no se ha dicho en este caso y queda claro que, como tantas otras veces, acá lo único que importa es hacer politiquería barata y tratar de arrimar agua para el molino propio.

ALGUNOS ANTECEDENTES
Hace unos 20 años, este mismo gremio de los anestésicos y quirúrgicos consiguió una resonante victoria sobre el gobierno de la época (que no era del FA, precisamente) con la misma amenaza de hoy: que sus integrantes renunciaran masivamente a sus cargos, dejando determinados servicios sin cubrir. A los peones que recolectan fruta o a los barrenderos se los puede reemplazar más o menos bien con cualquier gente, incluyendo soldados. A un médico especialista, no.

A raíz de ello, varios de los integrantes de ese selecto grupo pasaron a multiplicar sus ganancias en un 100 % o mucho más. Hoy la lucha de ellos (por supu, no afiliados ni de cerca al PIT-CNT) es por un pago de nocturnidad, probablemente con reclamos retroactivos a varios años atrás, lo que derivaría en muchísima plata que tendríamos que pagar todos los ciudadanos. Es aceptar eso o los especialistas renuncian y que te cure Lola.

En el recuerdo queda también -o debería quedar- el conflicto de los oftalmólogos que pidieron U$S 5.000 (cinco mil) por cada lentilla que ponían a pacientes con cataratas. El problema es que cada uno de esos adminículos costaba -a precio de mercado- sólo U$S 100 (cien), con lo cual los oculistas querían obtener un 98 % de ganancia por ese acto médico, escudándose en su conocimiento profesional y que nadie más que ese colectivo puede hacer esa actividad tan importante. Al publicitarse estos datos, la indignación de mucha gente permitió que el despropósito no prosperara.

SAN FRANCISCO DE ASIS NO ERA MÉDICO
Nadie pretende que un trabajador no cobre por su tarea realizada. Y uno entiende perfectamente que un titulado universitario tiene derecho a tener una remuneración superior al de un funcionario silvestre que -por la razón que sea- no tiene ese conocimiento especializado que demanda no pocos esfuerzos personales. En otras palabras, me parece perfecto que un médico -o un escribano o un arquitecto- cobre más por hora trabajada que yo, que soy un oficinista. Tienen más mérito que uno, que no quiso (o no supo, o no pudo) seguir una larga carrera terciaria. El problema es que intenten cobrar lo que se les antoje sin ningún tipo de medida.
 
No estoy capacitado para dar cifras actualizadas y confiables, pero hay un grupo de quirúrgicos que tienen sueldos por encima de los $ 100.000 en cada uno de los lugares donde trabajan. Lugares que a veces son más de tres. Algunos son muy ricos. Pero eso no es lo peor.

Un tema que la sociedad no ha tocado y se debe esa discusión, es la posibilidad que tienen muchas profesiones universitarias de regular a los estudiantes que se reciben, no solamente con cupos. Un médico que está a punto de recibirse de neurocirujano es un competidor directo de sus profesores de la Cátedra correspondiente y como tal es tratado. Además, es indiscutible que el nepotismo y el acomodo familiar campean por sus fueros en toda la Universidad (la de la República, sí señor, pero también, de la misma manera y sin que haya ninguna diferencia, en las privadas) y es 10 veces más fácil llegar a un título para el hijo de un famoso profesional que para quien no tenga otro abolengo que tener un padre empleado, verdulero o camionero, por decir algo.

El problema es que esa educación la pagamos todos, para que sea gratuita para cualquiera, lo que debería ser un beneficio para las clases más bajas, ya que los adinerados -como un Grado 5 de cirugía, por ejemplo- no tienen inconvenientes para llegar a tener su título, aunque tuvieran que pagar por ello.

A MODO DE CONCLUSIONES
La lista de abusos médicos -donde gente a la que todos financiamos para que hiciera su carrera y nos brindaran sus conocimientos para algo tan importante como la salud- es enorme. No hay vericueto legal donde ellos puedan sacar provecho en que no lo hayan hecho. No hay cómite de ética real y operante y la crisis de las mutualistas (donde ellos tienen buena parte de culpa, incluso administrándolas) y la progresiva política intervencionista del Ministerio (que empezó antes de que llegara el Frente Amplio al gobierno nacional) han puesto algún freno aún parcial e insuficiente.

Ejemplo: ¿qué pensaría, señor, si a su esposa le hacen una césarea cuando ella no tiene ninguna necesidad de someterse a esa operación para dar a luz a vuestro hijo?. Lo que pasa es que el ginecólogo gana mucho más si el parto no es natural... en la salud privada. En los hospitales ganan lo mismo, y por eso el porcentaje de cesáreas es varias veces menor. ¿Le parece bien que una persona tan cercana a usted sea arriesgada -y sufra- por unos pesos?. Hay muchos más de estos ejemplos.    

Por cierto, todo esto es una generalización y me consta absolutamente que un porcentaje grande de médicos son totalmente honestos y cumplen una función bastante sacrificada. Algunos de ellos, incluso, son explotados laboralmente por colegas, sin ninguna piedad.

Hay muchas cosas más de qué hablar con este tema, pero un poco de autocrítica de algunos doctores no estaría nada mal. Nos lo debemos como sociedad, porque no sólo es un tema de ellos.     

2 comentarios:

Romina dijo...

hola!
estuve vichando un par de post que tenés muy buenos
Me quedo a ver como sigue
saludos!

Alvaro Fagalde dijo...

Gracias, Romina.

Bienvenida, sentite como en tu pagina.