El 1 de Setiembre de 1939 Alemania invade Polonia pese a que tanto Francia como Inglaterra habían advertido que la defenderían y así comenzó la que posteriormente fue designada como la Segunda Guerra Mundial. Como es sabido, al principio la dictadura nazi -aliada con Italia y Japón- consiguió derrotar a todos los países que atacó, quedando únicamente la isla británica como resistencia. Posteriormente, se implicarían en su contra Estados Unidos y la Unión

La brutal crisis económica y de valores, en gran parte propiciada por la derrota en la anterior guerra mundial, más traumática en una potencia convencida de su grandeza, permitió que llegara al poder en Alemania el Partido Nacional Socialista, una formación violenta, racista e intolerante que ganaría respaldo popular con sus medidas autoritarias y eliminaría toda opinión contraria.
La gran mayoría de los artistas germanos huyeron -sobre todo a Hollywood- al llegar el nuevo régimen, no siempre por tener orígenes judíos o ideas de izquierda, sino también por no aceptar el ambiente antidemocrático que invadía su país. Joseph Goebbels, uno de los máximos jerarcas nazis, tomó a su cargo la dirección del cine alemán, dada su gran afición cinéfila. El único director importante que permaneció en Alemania fue George W. Pabst y los actores más conocidos:

Sin embargo, el cine que se realizó en los años del nazismo ha sido totalmente olvidado por la historia, dado su acartonamiento e infantilismo, muchas veces apenas un pretexto para la propaganda del régimen. Un ejemplo fue "El joven hitlerista Quex" (1933) de Hans Steinhoff (foto 2) , historia de un integrante de las juventudes nazis que comienza siendo comunista pero reconoce su "error" y muere heroicamente o, peor aún, "El judío Suss" (1940) de Veit Harlan, que al convertir a su protagonista en un portador insólito de todas las maldades y pecados del mundo, terminó paradójicamente inspirando solidaridad en otras naciones que conocieron este burdo panfleto muy lejanamente basado en un personaje real del siglo XVIII.
Fragmento de "El judío Suss" (1940) de Veit Halmar
Las únicas películas artísticamente maduras de la producción alemana del período son obra de una ex actriz del género específicamente germano del "cine de montañas": Leni Riefensthal (foto 3), fallecida hace pocos años, ya centenaria. Había debutado como

Fragmento de "Olimpia" (1938) de Leni Riefensthal
Fragmento de "El triunfo de la voluntad" (1936) de Leni Riefensthal
En Francia, también hubo un éxodo de cineastas. Como Lang y Wilder, entre tantos otros, emigraron Renoir, Duvivier, René Clair, Jean Gabin y un largo etcétera. Goebbels, famosamente ministro de Propaganda del régimen nazi, intentó -sin éxito- que la producción alemana fuera la mejor del mundo y que en los países conquistados -Francia, gobernada por el colaboracionista Mariscal Petain- sólo hubiera (tal como escribió en su Diario) un cine "estúpido", soso, inofensivo y pasatista. E incapaz de competir con el de su país.
Entre quienes se quedaron el nombre más importante fue el de Marcel Carné, famoso por el

La U.F.A., productora estatal germánica, fundó una filial llamada Continental que, al contrario de lo que se piensa normalmente, apenas realizó el 10 % de las películas francesas de la época. La primera desilusión para Goebbels fue "Sinfonía fantástica" de Chistian-Jacque (foto 4) , realización inofensiva que ofendió al jerarca por su calidad y su nacionalismo galo.

En ese clima enrarecido, donde buena parte de la industria conspiraba contra el ocupante, hubo algunos jóvenes que realizaron sus primeras obras en la industria francesa. Uno de ellos, Robert Bresson, autor de "Los ángeles del pecado" (1943) y "Las damas del bosque de Bolonia" llamaría la atención mucho más tarde pero quien se distinguió por su calidad y por el escándalo fue Georges-Henri Clouzot (foto 5), quien debutó con la interesante intriga "El asesino vive en el 21" (1942) y sobre todo, con "El cuervo" (1943), dejó ver su estilo efectista pero talentoso, suscitando numerosas críticas por su visión impiadosa de un pueblito francés que se ve sacudido por una serie de cartas anónimas injuriosas, asunto que no molestó a las autoridades extranjeras. Clouzot, como Carné, debió soportar un juicio de desnazificación al término de la guerra.
Fragmento de "Sombras del paraíso" (1945) de Marcel Carné
Fragmento de "Los visitantes de la noche" (1942) de Marcel Carné
Fragmento de "El cuervo" (1943) de Henri-George Clouzot
3 comentarios:
Creo que Leni Riefensthal tenía verdadero talento (lástima que lo puso a un mal servicio).
Es un tema muy interesante el de los "coqueteos" entre los artistas y los regímenes de turno.
La Guerra Fría produjo un montón de ejemplos de cineastas que "se adaptaron" a ciertas temáticas bien vistas por el poder.
Y ahora llegó el turno de quienes hacen películas donde "los malos" son siempre terroristas-árabes-suicidas.....en fin.
Una pregunta: ¿es Romy Schneider quien está en la primer foto del post?
Phil: exacto. Es durante la filmación de "El infierno", película inédita de Clouzot con ella que se restauró en 2009.
El problema es que la entrada estaba incompleta, la guardé como borrador pero blogger igual la subió.
Ya llegaremos a la Guerra Fría.
Creo que sí, que la Leni era una gran cineasta.
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