15 de mayo de 2010

Chasquetti: agarrá el Gallito Luis...

LA PRIMERA DERROTA ELECTORAL DEL F.A.

Desde que, por la extraña reforma constitucional de 1996 -exclusivamente electoralista- las elecciones municipales se separaron de las nacionales -aunque por poquitos meses- la atención que despiertan tiene directamente que ver en cada departamento con lo reñido o no de la elección del intendente. En Montevideo, desde hace rato, no hay ningún suspenso y es uno de los municipios que tiene un partido como ganador seguro. Otro tanto pasa en lugares como Rivera, Flores, San José y Tacuarembó, a los que parece se agregará Canelones, de aquí en más. En la capital, que es donde uno vive, la apatía llegó casi a niveles dignos del electorado estadounidense.

La primera conclusión innegable de los resultados del 9 de Mayo es que el gran derrotado es el Frente. Tenía 8 intendencias y se quedó con 5, aunque podría agregarse la de Florida donde la ventaja eran 30 votos y hay que ver los observados. Perdió dos muy importantes como Salto y Paysandú y sumó Artigas, que no es lo mismo.

La segunda es que aumentó muchísimo la cantidad de votos en blanco, no sólo en Montevideo donde había una opción directa por la abstención, resultado de la vidriosa forma de elegir a la candidata única. Opción que fue la mía, dicho sea de paso.

FA: PUEDE Y DEBE RENDIR MÁS

Más allá de las encuestas -que nuevamente le erraron feo en todo lo que no fuera obvio- que lo daban consiguiendo la reelección en Salto y Paysandú, está claro que el Frente Amplio entró en una pose de triunfalismo que no le hizo nada bien. Además de creer -no sé por qué- que iba a reconquistar TODAS las intendencias que había ganado en 2005 automáticamente más algunas más. Perdió en el litoral, lo que fue una sorpresa para todos y perdió en Treinta y Tres, donde gobernó mal y la sorpresa había sido que ganara allí en las elecciones anteriores. Conservó Rocha y Canelones fácilmente, donde las administraciones habían sido innegablemente muy superiores a las desastrosas de los partidos tradicionales. Algo bastante lógico.

Muchos olvidaron que el resultado de 2005 había sido excepcionalmente bueno, nadie esperaba más de 4 o 5 intendencias para la izquierda. El haberse consolidado en municipios difíciles como los últimos mencionados y Maldonado -lo que hacía 2 años parecía imposible- no es poca cosa. No sólo es una cuestión de sumar intendencias. Habrá que ver qué pasó en Paysandú -donde se perdió por poco- y en Florida. Pero la cosa debería estar clara para los dirigentes del Frente: hay que gobernar bien, no hay que dormirse en los laureles. Esto también va para la gente de Montevideo, por cierto.

NO REEMPUJE, COMPAÑERO

A los partidos tradicionales -y a sus medios de comunicación- les encanta boquillar y llenarse la boca con boludeces. Recuerden sino, todo lo que dijeron después de las internas y cómo se agrandaron creyéndose que nunca podían perder con Mujica. Festejan más el retroceso del FA que sus propios avances.

En realidad, aún sin tener a mano todos los datos de voto, departamento por departamento, el mayor número de intendencias para el partido Rosado se dio en mucho mayor medida porque en algunos lados (Salto y San José parecen los más notorios) votaron juntos y los de un partido se fueron en masa para el otro. -"Hay que aprender a votar cualquier cosa para derrotar al enemigo" -dijo un mediocre dirigente colorado de tercera al diario blanco idem "El País" el lunes 10. Cualquier cosa con tal de que haya un gobierno de derecha. Una política que tiene sus riesgos y sus limitaciones, aunque ahora crean que son imbatibles si se unen definitivamente, en forma programada como en los pagos de Chiruchi o veladamente como los salteños. En este último departamento, los datos son contundentes: el FA sacó 7000 votos más que cuando ganó la vez pasada pero 18000 blancos votaron al colorado Coutinho.

EL OTRO PARTIDO GANADOR: EL VOTO EN BLANCO

Como se ha dicho más arriba, en la capital muchos frenteamplistas votaron -votamos- en blanco como protesta por los sectores que digitaron la nominación de Olivera y que gobernaron pésimamente a la IMM en estos últimos 5 años. Fuimos entre un 8 y un 10 %, si se descuentan los votos en blanco y anulados que habitualmente tienen todas las elecciones. O sea, que aproximadamente 100.000 montevideanos no votamos a nuestro partido molestos con su rumbo. En cualquier país del mundo ésto tendría que dar que pensar a las cúpulas pero no soy optimista aquí.

El dato se repitió, con no muchas variantes en muchos departamentos gobernados por todas las tendencias. Pueden suponerse que hay factores que incidieron como el hastío de tanta campaña electoral, la mediocridad de tantos candidatos, la semejanza de propuestas y spots publicitarios. Pero es evidente que mucha más gente que antes está despolitizada en todas sus formas y le da lo mismo cualquier partido. Los políticos tendrían que tener en cuenta estas señales y mirar más allá de sus narices.

LOS MEDIOS

Hay pocas cosas más rutinarias y aburridas que una transmisión televisiva electoral. No hay nada que decir, excepto dar a conocer los resultados propiamente y algún análisis cuando éstos efectivamente están. Pero por lo menos, podrían hacer eso bien. Con solvencia técnica y con coordinación entre sus integrantes. Me gustaría para las próximas -que, por suerte, serán recién en 2014- traer a algún periodista extranjero para que vea a cualquiera de nuestros canales.

Como claro ejemplo, en canal 12 uno de sus movileros llamado Javier, mientras estaba en esa tonta ceremonia de filmar la apertura de los primeros sobres en el escrutinio de un circuito cometió la torpeza de decir que un voto para intendente de la lista 77 y otro para alcalde con la lista 26371 era un voto al lema por no ser del mismo sector. El muy bestia no sabía que el FA presentó una sola lista para alcaldías y aunque fuera de distinto sector, NO es un voto al lema. Para peor, después presentó un voto a la 609 como siendo para Analía Piñeyrúa. ¿Se llamaría Javier Schenck o no hay un solo periodista en el canal que sepa algo del trabajo que está haciendo?. Claro, se les complicó porque no había sangre ni menores infractores. Penoso.

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