EL JAZZ DESCUBRE AL MUNDO: AIRTO MOREIRA, GATO BARBIERI, PAT METHENY
Como ninguna otra corriente musical, el jazz nació de la mezcla única de tradiciones rítmicas y melódicas de tierras lejanas que se mezclaron formando algo totalmente diferente a ellas por separadas, en ese país llamado Estados Unidos, forjado como ningún otro por inmigrantes de los cinco continentes. Es injusto (y falso) afirmar que en determinado período el jazz "descubrió" la música de otros países porque en rigor, nunca dejó de hacerlo. Recordar, sin más, la introducción que Dizzie Gillespie hace de brillantes músicos cubanos, legitimando en la metrópolis de la música improvisada, la riquísima tradición de la isla hecha también de otra singular mezcla de folcklores.
Sin embargo, también es cierto que a partir de los últimos años de la década de los 70, confluyeron varios músicos que comenzaron a abrir sus oídos a las músicas de otros lugares, práctica poco corriente en el ciudadano medio norteamericano que tiene una tradición cultural enormemente aislacionista y que suele desinterarse por completo de cuanto pase en el mundo. El movimiento -un poco anterior en el tiempo- del jazz fusión había convencido a muchos que las influencias externas eran buena cosa para abrir el espectro de sonidos y que había un público para un nuevo jazz, que dejara atrás los caminos arqueológicos de la música tal como había venido de New Orleans (o del ya muy antiguo triunfante swing de los Goodman, Ellington y Basie) y, al mismo tiempo, que incorporara ritmos nuevos que interesaran a los jóvenes.
Por otra parte, eran tiempos candentes de lucha por los derechos civiles y el ignominioso sistema de segregación racial, junto a la oposición interna a la guerra de Vietnam, trajo -por primera vez- una firme conciencia política en varios músicos de jazz. Los tiempos eran propicios para una reinvidicación de las raíces africanas de los negros norteamericanos, lo cual incluían -naturalmente- la singular riqueza rítmica de ese continente. Sin olvidar que los países que más habían influído hasta ese momento en el jazz -Brasil y Cuba- también tenían una deuda innegable con el continente negro.
Airto Moreira participó en el fabuloso éxito comercial que cosechó el gran Stan Getz llevando a la fama a la bossa nova mucho más que en el propio país donde fue originaria y también, tiempo después, en el primer disco del grupo de fusión Weather Reporter. Percusionista exhuberante, carismático y hábil para absorber las influencias norteamericanas -haciendo el camino opuesto que sus colegas al incorporarlo- aportando otras rutas de aproximación a la riquísima tradición brasileña por donde entraría gente como Egberto Gismonti o Hermeto Pascoal. Ya retirado, residente en el país del norte desde joven, integró también -junto a su esposa, la cantante Flora Purim- el mítico grupo de Chick Corea "Return to Forever", aunque su carrera solista se estancó comercialmente después de los primeros discos.
El saxofonista Leandro "Gato" Barbieri nació en Santa Fe, Argentina, pero muy joven dejó su país natal para hacerse un lugar dentro del jazz de vanguardia. Trabajó con el trompetista de free Don Cherry y con el contrabajista Charlie Haden.
Al comenzar los 70 se acercó a la música, a las tradiciones y a la efervescencia política de su continente, incorporando el folclore argentino y los ritmos andinos -bastante diferentes a la alegría y la extroversión de otras zonas latinoamericanas- a su fraseo áspero y minimalista.
Su nombre se hace famoso -bastante más allá del círculo de entendidos- al realizar la banda sonora de la célebre "Último tango en Paris" de Bertolucci. Sin embargo, su actividad a partir de los 80 ha sido bastante exigua, fundamentalmente por razones de salud.
LATINO AMERICA 1
GATO GATO
Patrick Metheny nació en el estado de Missouri. Virtuoso de la guitarra a edades muy tempranas, ya daba clases a nivel universitario antes de cumplir los 20 años. Gary Burton le dio su primera gran oportunidad, pero su alianza decisiva a nivel musical fue con el tecladista Lyle Mays, quien lo ha acompañado durante décadas.
Metheny ha cultivado un estilo único y personalísimo que por un lado conserva el sonido típico de los grandes guitarristas eléctricos del género, pero por otro también absorbe influencias de otras culturas que integra sin esfuerzo a su propio lenguaje. Es famosa la colaboración del argentino Pedro Aznar durante una década, quien venía del rock de su país, sin haber tocado nunca jazz.
Uno de los músicos más eléctricos que no ha dejado de hacer jazz nunca, Pat Metheny sigue siendo hoy una estrella musical que, sin embargo, en sus discos más perezosos se limita a repetir una fórmula de éxito probado, que puede merecer recibir el mote despectivo de "música para restaurantes" en las que el guitarrista se limita a darnos más de lo mismo, sin tomar riesgos. Afortunadamente, no todos sus discos son así, volviendo en ocasiones a la creatividad y a la calidad de la que es capaz.
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