5 de diciembre de 2010

A propósito de "El padrino" de Fernando Amado

Cuando escuché por radio que se había publicado una biografía de Oscar Magurno y que el autor era otro diputado colorado, creí que era un simple acto de propaganda disfrazado de trabajo académico -tipo de libro que detesto, sea sobre quien sea- pero confieso que me equivoqué. Es un estudio serio, bien fundado y bien encaminado aunque tiene sus errores -como creo que es inevitable en estos casos, aunque la mayoría se podrían haber corregido sin demasiado esfuerzo- y algunas particularidades de enfoque que me gustaría señalar.

ERRORES
Muchos nombres están mal escritos; algún ex jerarca está mencionado como doctor, algo sideralmente alejado de sus posibilidades intelectuales; el sindicato de la Asociación Española se llama A.F.A.E. y no A.T.A.E., que es el gremio de los médicos, algo muy diferente, por cierto; el ex Gerente General -ya fallecido- se llamaba Hércules y no Héctor Mazzucchelli (error que suena a encontrarse con una "H" y pensar: -ma, sí, le pongo cualquier nombre y ya está). Desprolijidades fácilmente evitables, pero que no cambian en esencia la valoración del libro.

Otros errores son bastante menos inocentes: en el episodio de la sucesión de Magurno hay gruesas inexactitudes, producto -a diferencia de lo que se percibe en el resto del ensayo- de no haber confrontado más de un testimonio y/o quedarse con la versión oficial. También se olvida Amado cuando menciona las veces que salió diputado de mencionar la durísima derrota de 1994 cuando Magurno se adueñó de la tradicional lista 123 y no consiguió ni un diputado, a pesar de sus contactos y "amigos" que tanto lo ayudaban.

Pero lo más llamativo -y discutible- es la manera en que encara el episodio de la huelga con ocupación en la Española en 1986. Como el trabajo es bastante creíble en otros aspectos diferentes al que voy a citar, creo que la intención es clara y el enfoque es poco honesto. Describe brevemente al Ministro de Trabajo Fernández Faingold como un tipo canchero y que le hablaba de igual a igual a los sindicalistas y a Sanguinetti como un presidente mediador que, preocupado por ayudar a todo el mundo, no tuvo más remedio que mandar desalojar a los huelguistas porque fue la "solución más democrática". En realidad, la actuación de ambos gobernantes fue muchísimo menos idílica, tolerante e imparcial de lo que Amado -un niño por entonces- quiere hacernos creer. Basta leer las entrevistas de la época, ya que supongo que no quedan registros sonoros de los reportajes radiales donde el finado Subsecretario Brezzo mentía diciendo que A.F.A.E. no elegía sus autoridades por voto secreto o que amenazaba a quienes seguían a la patronal. Cuando el autor entrevista a militantes de aquella época, sólo menciona a los que opinan que el gremio se equivocó. Amado tampoco es tolerante ni imparcial.

UN EJEMPLO, DE TANTOS QUE CONOZCO
Hay mucho desconocimiento -y al mismo tiempo- mucha mitología con la manera con que Magurno se relacionaba con el personal de la mutualista. Pero que no era normal -o que era propia de siglos anteriores- es cierto.

Una anécdota que viví en persona describe perfectamente el ambiente general de la Española. En plena campaña electoral de 1994 una ambulancia tenía que dejar a un paciente en su apartamento en 18 de Julio y Barrios Amorín. Nos avisa por radio que tenía dificultades y demoras para avanzar con el coche. Un rato después, al volver al sanatorio, el chofer nos aclara que los problemas fueron porque en 18 y Ejido había un acto del Frente Amplio y varias cuadras para el otro lado había asimismo otro acto, pero de los blancos y había mucha gente cubriendo la calle, enlenteciendo su trabajo. Una media hora más tarde nuestra jefatura recibe una furiosa llamada telefónica por interno de Gerencia (*), porque estábamos "hablando de política en nuestro trabajo". Por cierto, como es tan habitual en la mutualista, se negó a escuchar cualquier razón o explicación.

Todos sabíamos quién había hecho la delación de un hecho que en realidad era la equivocada conclusión de una imbécil: una mujer -me resisto a llamarla "señora"- que tenía una jefatura al lado nuestro, gran amiga de la Jefa de Gerencia, que faltaba muchísimo más de lo que venía por sus problemas psiquiátricos y que consiguió que sus hijos -pese a ser incapaces de salvar el accesible concurso de ingreso- llegaran a jefes siendo aún veinteañeros. A pesar de que ambos estaban permanentemente en todo acto político o partido de basquetbol en que se los necesitara, uno de ellos era tan incapaz que -pese a todo- perdió sus privilegios.

OTRA ANÉCDOTA
Como suele pasar, si alguien tuvo tanto poder e infundía tanto miedo es porque hubo muchos que lo dejaron mandar y se asustaron. Pero también hubo muchos que fueron más papistas que el Papa.

Yo tenía una tarea bastante complicada y con mucha responsabilidad pero que me reportaba una compensación económica extra. Al asumir una jefa nueva, una de sus primeras medidas fue sacármela con la excusa de que Magurno le había ordenado que alejara a "ese comunista". Me pareció raro que ese exabrupto coincidiera tanto con la asunción de esa jefa y alguna averiguación me confirmó la mentira. Así se lo hice saber, lo que la hizo enfurecer y me amenazó con represalias si no me desdecía, cosa que no hice. Meses después, y ante los errores de quien puso en mi lugar, el propio Magurno le pidió explicaciones a esa jefa y le ordenó que volviera "el que estaba antes". Cuando me tuvo que ofrecer de vuelta el cargo -sin contarme aún lo que después pude enterarme- la miré fijo a los ojos y pude gozar con lo que le dolía hacerlo, aunque no le dije nada. Ni falta que hacía.

(*) Quien llamó no era Oscar Magurno.

Conclusión: si bien este libro puede informar a mucha gente que habla sin conocer al personaje en cuestión, quedan muchas cosas en el debe.

9 comentarios:

andal13 dijo...

Mirá, yo no leí el libro -sí escuché la entrevista que le hizo Joel Rosenberg a Amado acerca de su reciente publicación, y te digo que no tiene desperdicio-, y no dudo que tenga inexactitudes (no sé si debidas a descuidos del autor, o prisas de la editorial, o ambas cosas), pero como te digo una cosa, te digo la otra: aparentemente, hay varios medios de prensa que se han negado a comentar la mera existencia del libro, y hay alguna que otra nota en contra (incluso escrita por gente que afirma no haberlo leído!), así que no será ni exacto ni tal vez bueno, pero seguramente habrá pateado algún avispero que otro.
Y ya era hora, no?

andal13 dijo...

Ah... Vamo' arriba el Rácin!!!

Detaquito dijo...

Mmmmm, es evidente que desconozco TODO o casi todo lo relacionado con la primera asociacion de socorros mutuos. Pero de algo estoy seguro, no quiero (o quiza si) imaginar lo que seria si se destapan algunas ollas...

Alvaro Fagalde dijo...

Bueno, yo lo leí. Y también escuché esa entrevista, que fue cuando me enteré de la existencia del libro.

Es claro que sí, que muchos medios se negaron a hablar de él, cosa que me parece lamentable y antidemocrático. Pero también hay que aclarar que no es el primer libro al que le pasa eso ni el primer personaje que lo consigue.

Tengo un sueño. Sueño con un mundo laboral en el que no haya gente que consigue trabajo por sus contactos y donde la gente pueda progresar por sus méritos. Capaz que termino como Martin L. King.

gabriela alves dijo...

bueno, no estaba tan errada yo con el comentario que le anticipe entonces. Todolo que usted comenta aqui, habla de metodologias arraigadas en este pais hace siglos y que lejos estamos aun de cambiar.
¿Donde empieza la verdad donde termina la mentira? Es como decia Leon felipe: " La cuna del hombre la mecen con cuentos...el miedo del hombre a inventado todos los cuentos"

Alvaro Fagalde dijo...

Gabriela: ¿ahora me tratás de usted?.

Es triste la gente que se aprovecha de las necesidades de la gente, tanto en la salud como en lo laboral.

gabriela alves dijo...

jajaja...despues tenes que prestarme el libro, porque obviamente, quiero leerlo. No estoy dentro del grupo que porque denosta al personaje, censura o ignora al libro, no soy tan necia. Un abrazo

Alvaro Fagalde dijo...

Está a tu disposición. Pero tenés que hacer cola.

gabriela alves dijo...

jajaja te salio el administrativo " haga cola señora ṕor favor"