Luego del declive del be bop, nervioso y angustiado, surgió -además de su continuador natural, el denominado hard bop- el estilo que en principio parece su opuesto: el cool jazz. Como vimos en la entrada anterior, el nacimiento

Muchas veces se ha simplificado el jazz de la época oponiendo al cool (blanco, relajado, alegre, elegante, optimista y de la costa Oeste norteamericana) con el hard (negro, angustiado, nervioso, pesimista y propio de New York). Como toda simplificación, tiene su cuota de verdad, pero también exageran en contraponer dos movimientos diferentes, sí, pero no enemigos. Y bastante más parecidos de lo que creen algunos, especialmente en sus soluciones armónicas.
Al igual que lo que pasó en la época del swing, el éxito comercial y la atención mediática sonrió al grupo liderado por músicos blancos. De todos ellos, Chet Baker y Dave Brubeck -que será estudiado el mes que viene- fueron quienes llegaron más lejos, tanto en venta de discos como en difusión de medios que no se ocupaban por lo general del jazz.

Chesney Baker (1929-1988) fue uno de los trompetistas con mejor sonido de la historia pero, lamentablemente, sólo pudo dar su mejor rendimiento durante intervalos por sus numerosos problemas legales y físicos por su dependencia a la heroína. Llegó a tocar con Charlie Parker y Stan Getz pero el éxito le llegó al ingresar a la banda -que tenía la novedad de no utilizar piano- de Gerry Mulligan. Luego de ser encarcelado éste también por drogas, "Chet" siguió una carrera solista que lo consagraría inmediatamente.
Se instaló en Europa, más liberal que Estados Unidos con los drogadictos pero fue detenido también allí y volvió en 1964. Dos años después, aparentemente por deudas a algún proveedor, sufrió una terrible paliza donde le bajaron todos sus dientes, lo que le impidió seguir trabajando. Varios años después, Dizzy Gillespie lo ayudó a recuperarse aceptablemente, grabando muy hermosos discos aunque su técnica fuera inferior a la de su apogeo. Su muerte -al caer de la ventana de un hotel en Holanda- sigue aún en la polémica al no haberse confirmado si cayó por estar drogado o fue asesinado.
Probablemente el mejor trompetista blanco de la época, Baker también destacó como cantante con un registro menor y un volumen bajo pero con un sentimiento y una sonoridad únicos.
CHERRY
LOVE
YOU DON'T KNOW WHAT LOVE IS
Arthur Pepper (1925-1982) es otro ejemplo de una vida trágica, marcada por la dependencia a los estupefacientes. Ingresó en la orquesta de Stan Kenton con poco más de 20 años, banda que

Pero lamentablemente, tuvo larguísimos períodos de inactividad, tanto por internaciones en clínicas de rehabilitación como por detenciones en prisión. Probablemente, uno de los jazzmen más inteligentes y sensibles -su autobiografía es comentada como la más reveladora y emocionante de cuantas han sido escritas por los músicos del género- mucho Art Pepper se quedó en el camino sin haber podido llegar hasta nosotros.
GOODBYE AGAIN
MR. BIG FALLS HIS J.G. HANDS
THERE WILL NEVER BE ANOTHER YOU
Si se piensa en saxo barítono, más allá de algunos grandes músicos que lo han tocado, surge inmediatamente el nombre de Gerald "Gerry" Mulligan (1927-1996). Al principio fue mucho más estimado como arreglista y compositor que como instrumentista. Trabajó con gente del jazz

Inquieto, llamó la atención al prescindir del acompañamiento armónico del piano en 1952, con un cuarteto que incluía además de contrabajo y batería, la trompeta de Baker y su saxo barítono. Luego del éxito obtenido, amplió su orquesta para experimentar con más instrumentos y, luego de salir de la cárcel por consumo de drogas, reemplazó a Chet -con quien se enemistó por razones poco claras- por el igualmente cool trombonista Bob Brookmeyer, con quien elaboraría un singular contrapunto.
Definitivamente curado -a diferencia de Baker y Pepper- Mulligan continuó experimentando con diversas formaciones, consiguiendo suceso comercial. Su mejor colaboración, seguramente, debe de haber sido el cuarteto que codirigió con el excelente trompetista Art Farmer. Otro disco recordado fue su interesante colaboración con el bandoneonista argentino Astor Piazzolla. Experimentador dentro de sus límites -nunca coqueteó con el free jazz o los movimientos de los 70- ha grabado también con gente como Duke Ellington, Getz, Konitz, Brubeck, Thelonious Monk o Ben Webster. La música de Mulligan siempre ha sido sinónimo de buen gusto, más allá de la etiqueta de West Coast.
3 comentarios:
Me gusta más la East Coast (y ni que hablar del Sur, obviamente!), pero la selección que pusiste hoy va bien con esta tarde agobiante...
Una pena lo de Art Pepper, pero qué querés, con ese nombre, no podía tener una vida fácil!
el mes que viene, + west coast y + cool (no lo pensé que caía bien para el verano)
Sí, más que cool, necesitamos cold...
¡Qué calor de martes!
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