10 de septiembre de 2010

Cine: Historia Ilustrada 11

CHARLES CHAPLIN

La historia es bastante conocida: criado en el ambiente más marginal del Londres de fines del siglo XIX, conoció hambre, la miseria y todo tipo de necesidades dado que su padre alcohólico murió pronto y su madre enloqueció al poco tiempo. Debutó en escenarios a los cinco años -para poder comer- y al llegar a los 18 consiguió su primer trabajo estable con la importante compañía de Fred Karno, que le permitió ir progresando en sus habilidades expresivas y cómicas. En 1913 gran parte de la troupe -incluyendo a Chaplin de 24 años y a su suplente, el también muy joven Stan Laurel- se muda a Estados Unidos intentando entrar en la floreciente industria cinematográfica, cosa que no ocurrió inmediatamente.

La comedia seguía siendo un género menor y poco prestigioso en Hollywood a pesar de ser de los más rendidores económicamente. El joven Chaplin ambicionaba triunfar como galán o héroe de acción pero tuvo que aprovechar su amplia experiencia en escenarios humildes -con públicos difíciles- para ir moldeando su personaje de vagabundo que le haría ir creciendo rápidamente en la siempre competitiva industria. Su estilo bastante menos grotesco y más elaborado de lo habitual en el slapstick se impuso inmediatamente y, gracias a numerosos gags perfeccionados en su anterior actividad y a su enorme inventiva personal, fue consiguiendo el control de los cortos que protagonizaba y, finalmente, la dirección.

En 1917 ya era uno de los actores mejor pagos de Hollywood y sus películas reportaban ganancias enormes, mientras cambiaba de productoras buscando mayor control artístico y, sobre todo, mejores salarios. También progresivamente sus temáticas fueron más críticas de la realidad social norteamericana ya sea retratando la miseria que él conocía tan bien ("El inmigrante" (foto 2), "Vida de perros") o la guerra ("Armas al hombro"). En 1921 realiza su primer largometraje: "El pibe" ("The kid"), venciendo la reticencia de varios productores que suponían que la gente no se interesaría por ver como número principal de la función en los cines a quienes meramente funcionaban como introducción con sus cortos. "El pibe" fue un enorme éxito y un gran triunfo personal de Chaplin que -sin perder en ningún momento su irresistible imaginación para provocar risas- mezclaba con enorme naturalidad la emoción y el drama de la pobreza, sin caer nunca en el miserabilismo.


Fragmento de "El pibe" (1921)

Junto a Griffith y al matrimonio Douglas Fairbanks y Mary Pickford fundan "United Artists", la primera compañía productora de Hollywood dirigida por estrellas de cine. A partir de ese momento, todas sus películas norteamericanas serían realizadas en la compañía, aunque todos ellos terminarían por desvincularse rápidamente de la empresa.

Si bien su siguiente largo "Una mujer de París" (1923) fue un fracaso como se ha dicho aquí, fundamentalmente porque no aparecía el personaje del vagabundo que hacía reir a multitudes en los cinco continentes, era una comedia mundana bastante más madura de lo habitual y, vista hoy, confirma que el inglés estaba en el mejor momento de su creatividad. Posteriormente, estrenaría dos obras maestras que lo consagrarían definitivamente: "La quimera del oro" (1925) y "El circo" (1927). En la primera trataría el tema -nada gracioso- de la fiebre de oro en California y la miseria que pasaron muchos de esos aventureros. "El circo" es de todos sus largometrajes, el más parecido en su estructura y argumento a los cortos que hicieron su mejor fama. Por ésta última fue nominado en varias categorías en la primera ceremonia de entrega de los premios aún no llamados Oscar, aunque sólo ganó uno especial. Chaplin comenzaba a ser controvertido por sus mensajes sociales y -mucho más- por sus explícitas opiniones públicas. Y también por algún escándalo privado.

Llega el cine sonoro y todo el mundo se pone al día con la nueva técnica. Las películas -como veremos en entradas futuras- se ponen a dialogar. Charles Chaplin es uno de los que más se oponen a su llegada, considerando que el cine es un arte puramente visual. Realiza "Luces de la ciudad" en 1931 como una película muda, aunque tiene un discurso de inauguración de una estatua en un idioma inventado. "Luces..." es otra obra maestra exitosa pero el cómico -quizás embriagado por su insólita celebridad en todo el mundo y los elogios a su personaje hechos por un enorme número de personalidades- decide darle al resto de la humanidad los mensajes que ésta necesita.

En 1936 realiza "Tiempos modernos" (foto 3) -aún en el personaje del vagabundo, que no habla- denunciando la explotación laboral sin perder el humor y en 1940, "El gran dictador", apuntándole a un austríaco que había nacido 4 días después que él, que parecía haberle copiado el bigotito y al que muchos en Estados Unidos aún veían como una esperanza para terminar con el comunismo: Hitler. El personaje de Chaplin cambia parcialmente -no es la primera película suya sin el vagabundo; en varios cortos su personaje es otro pero las características de actuación son similares- y consigue parodiar al detestado Führer equilibrando sabiamente comicidad y crítica, excepto en el famoso discurso final que es bastante menos profundo de lo que Chaplin creía. Pese a la controversia política, consigue las nominaciones a mejor película y mejor actor.



Fragmento de "La quimera del oro" (1924)


Fragmento de "El circo" (1926)


Fragmento de "El gran dictador" (1940)

Luego de la parodia a los tiranos europeos y finalizada la Segunda Guerra Mundial, se reavivó la persecución a comunistas y similares, cayendo Chaplin en la muchas veces demencial red de sospechas del maccarthismo. Nunca estuvo afiliado a ningún partido y seguramente era demasiado egocéntrico para seguir ninguna disciplina política -y menos la de los comunistas dado su amor desmesurado al dinero- pero sus discursos públicos para ayudar a la URSS en la guerra y el hecho de que nunca se hubiera nacionalizado norteamericano lo ponían en la mira del Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes, pero Chaplin evitó comparecer al vender sus propiedades y no volver después de una gira por Europa en 1954. Antes había realizado "Monsieur Verdoux" (foto 4) en 1947, una inteligente comedia negra sobre un seductor asesino de viudas ricas y en la campaña de difusión del estreno los periodistas le hablaron solamente de especulaciones sobre su ideología política. Otra gran película estrenada en medio de una tendenciosa campaña de la prensa fue "Candilejas" (foto 5) en 1952, conmovedora historia de un cómico en decadencia en la cual comparte escena con su gran rival de antes Buster Keaton, luego de la cual se exilió.

Si las cuatro últimas producciones de Chaplin eran muy buenos filmes aunque lejos de sus obras maestras, en su estadía europea ya no realizaría más que mediocridades donde el cómico se encerraba cada vez más en su mundo personal, sin darse cuenta que el mundo -y el público que pagaba la entrada- evolucionaba. "El rey en Nueva York" (1955) era una mezcla de anticuada comedia de golpe y porrazo muy sosa con una pesada diatriba contra quienes lo habían calumniado. "La condesa de Hong Kong" (1966) fue una especie de vaudeville con puertas que se abren y cierran. Sophia Loren es la mujer que se introduce en el camarote del millonario Marlon Brando, que no puede permitir que los vean juntos, algo que no escandalizaba a nadie en los 60, por cierto. En su momento muchos esperaron una obra maestra, dados los tres nombres estelares reunidos pero en cambio se encontraron con una comedia sin inspiración dirigida por un veterano decadente, interpretada por un divo amanerado sin ningún sentido del humor. Preparó aún otro largometraje -llamado provisoriamente "El angel" sobre su último hijo, nacido en su vejez- pero lo abandonó, aparentemente por suerte. En 1972 Hollywood se reconcilia con el genio y homenajea su obra con un Oscar especial. Finalmente, fallece anciano el día de Navidad de 1978.


Fragmento de "La condesa de Hong Kong" (1966). El camarero es el propio Chaplin.

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