10 de agosto de 2010

Cine: Historia Ilustrada 10

CAE UNA INDUSTRIA Y SE CONSOLIDA OTRA

La Primera Guerra Mundial ("la guerra que iba a terminar con todas las guerras") fue la principal causa -pero no la única- de la ruina de Pathé y las principales empresas de producción francesas. Distorsionados todos los mercados principales y -fundamentalmente- intacta Norteamérica, que no vio combates en su suelo, Hollywood se consolida como el centro que controla la distribución cinematográfica en el mundo entero, posición que conserva hasta hoy.

También fue muy importante que los inversores y capitalistas de uno y otro país se comportaron de forma totalmente diferente: mientras en Francia abandonaron a las productoras al disminuir sus enormes ganancias y prever dificultades futuras, en Estados Unidos apoyaron decididamente a la nueva industria, aunque tomando el control definitivo de sus movimientos, tanto en lo económico como en su relación con la sociedad.

Si bien las ganancias que permitía Hollywood eran cada vez mayores y era muy exitosa la política de involucrar el interés de las audiencias con el minucioso relato de la vida y obra de las estrellas que veía en la pantalla a través de publicaciones especializadas que vendían una imagen frecuentemente muy falsa y fantasiosa. Pero la vida de nuevos ricos y los caprichos de quienes se sabían poderosos por ser un factor económico tan importante, tuvo sus inconvenientes. Una serie de escándalos, que incluyeron asesinatos no aclarados, muertes de estrellas por sobredosis y orgías con finales trágicos determinó, para siempre, el fin de la producción sin censura que había regido hasta el momento. El control, en realidad, se haría férreo recién al comienzo de la siguiente década pero los grandes empresarios no darían de ahí en más la libertad que habían tenido los estudios para tratar cualquier tema y seguir avanzando en audacias de todo tipo (desnudos, violencia, temas polémicos). Sin embargo, "business are business" y cuanto más escabroso era el tratamiento, mejor repercusión tenía en el público, lo que demoró ese control hasta que las condiciones políticas obligaron a cambiar.

En lo estrictamente artístico, en Francia no se supo producir un cine verdaderamente popular, fluctuando entre la facilidad pasada de moda y la pretenciosidad vanguardista. Directores como Marcel L'Herbier con "Eldorado" (1922) o "La inhumana" (1923); Jean Epstein con "La caída de la casa Usher" (1923) sobre conocido cuento de Edgar A. Poe; Jacques Feyder con "La Atlántida" (1923) (foto 1); Louis Delluc con "Fiebre" (1921) y "La femme de nulle part" (1922) y, finalmente, Abel Gance con "La locura del Dr. Tube" (1915) o "La rueda" (1922) figuran en todos los libros de historia del cine pero no tuvieron mayor repercusión económica y, para peor, dos empresas ambiciosas y arriesgadas financieramente fracasaron estrepitosamente en taquilla: "Napoleón" (1926) -brillante narrativa y técnicamente pero infantil en el endiosamiento de su héroe- de Gance y "L'argent" de L'Herbier (1927) (foto 2).



Fragmento de "Napoléon" (1926) de Abel Gance

Estados Unidos se afianzó -como se ha dicho- como la primera potencia industrial en todo el mundo, no sólo en la distribución cinematográfica. Luego del fracaso de "Intolerancia" de Griffith, los directores no tendrían carta blanca para la financiación de sus proyectos ni siquiera cuando, como en el caso referido, pusieran dólares de su propio bolsillo. Para bien o para mal, los dueños de los estudios tendrían la palabra final a la hora de liberar recursos de los inversores y determinarían además las condiciones en que se comercializaría la película (o sea, publicidad, importancia de las salas de estreno, número de copias y, fundamentalmente, el montaje -o corte- final).

Por un lado, los norteamericanos apelaron al star system, con bellezas femeninas como Gloria Swanson o Clara Bow- protagonizando comedias frívolas y lujosas propias de la llamada "era del jazz" o heroínas inocentes como las hermanas Lilian y Dorothy Gish (descubiertas por Griffith) o Mary Pickford. El primer gran héroe de acción fue Douglas Fairbanks -esposo de la Pickford- con aventuras exóticas, dinámicas y bienhumoradas como "La marca del Zorro", "Los tres mosqueteros", "Robin Hood" o "El ladrón de Bagdad" pero el mayor suceso hasta llegar a límites inéditos fue un galán italiano llamado Rodolfo Valentino. Consagrado -para sorpresa de todos- bailando un tango en "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", construyó -o le construyeron- un mito a partir del entusiasmo erótico que despertaba en las plateas femeninas de la época con películas como "Sangre y arena", "El sheik" o "El águila negra", enmarcadas en tierras lejanas -para los norteamericanos- donde encarnaba a un amante extranjero feroz y dominante. Falleció a los 31 años de peritonitis, dejando una breve obra y provocando un número considerable de suicidios femeninos.

Otra vertiente que llenó varias arcas fue -a imitación fundamentalmente de los italianos- la de la gran superproducción lujosa con grandes escenarios, mucha acción y esmerados efectos especiales. El más exitoso cultor fue el hasta entonces comediante Cecil B. De Mille que tuvo un gran suceso con "Los diez mandamientos"


Fragmento de "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" de Rex Ingham (1924)


Fragmento de "Los diez mandamientos" (1923) de Cecil B. De Mille

Hollywood comprendió rápidamente la ventaja de la división del trabajo en la producción mediante el sistema de géneros. Comedias, dramas, superproducciones, aventuras. Algunos con menor éxito como por ejemplo el western, que a diferencia de otros géneros se filmaba al aire libre y produjo algunos títulos estimables como "La carreta" (1923) de James Cruze y "El caballo de hierro" (1924) (foto 3) de quien en esos tiempos firmaba como Jack Ford pero después cambiaría su nombre de pila por John y haría historia.

Otro director que supo realizar grandes obras intercaladas entre filmes meramente comerciales fue King Vidor. Un gran éxito fue "The big parade" (1925) sobre la Primera Guerra (quizás la única película que triunfó con ese tema en el período) pero su obra maestra fue "Y el mundo marcha" en 1928, durísima descripción de la desesperanza del hombre común, donde la ciudad se veía reflejada por primera vez como una masa enorme, despersonalizada. Fracasó en taquilla, seguramente por su radical pesimismo.

La industria estadounidense también contrató masivamente talentos extranjeros -lo cual fue mucho más sencillo mientras el cine fue mudo- quienes a veces supieron integrarse con éxito comercial sin dejar de insertar su marca personal como el inglés Chaplin o el alemán Ernst Lubitsch. Otros, como el sueco Sjoström, no tuvieron repercusión en boleterías aunque supo realizar algún título destacable como "El viento", donde la utilización del paisaje como un personaje más hizo recordar a sus mejores títulos escandinavos o el alemán Murnau, quien luego de algún film indigno de su talento pudo completar la notable adaptación de la novela "Viaje a Tilstitt" llamada "Amanece" con un brillante desplazamiento de cámaras y un excelente uso de los decorados -siempre con intención expresiva- para un aparentemente asunto trivial de una pareja en crisis. Fue un gran fracaso económico, no pudo recuperar su cuantiosa inversión y Murnau apenas pudo terminar "Tabú" en 1928, codirigida por el maestro del documental Robert Flaherty. Falleció poco después, en un accidente de auto con sólo 42 años.

El austríaco Erich Von Stroheim había sido extra en la propia "Intolerancia" -como tantos otros oficios en los que se había metido para sobrevivir- y consiguió sobresalir como actor en papeles de malvado. La publicidad, incluso, le inventó el slogan de "El hombre al que usted querrá odiar". Pero, como director, realizó una serie de exitosas películas mitad drama mitad comedia donde retrataba con enorme virulencia a las clases altas europeas de las que él formaba parte (como actor, pero no en la vida real aunque Stroheim así lo haya afirmado) . En 1923 completó "Avaricia" (foto 4) que duraría en un primer montaje 6 horas aunque algunas fuentes citan más de 8. El estudio la redujo enormemente hasta los 120 minutos, que es la versión que conocemos hoy y se da por perdido el resto del material. Brillante obra maestra que retrata -esta vez- la ambición desmesurada de gente pobre, es probable que hubiera perdido su calidad de haberse mantenido el metraje original. Su carrera terminaría prematuramente en parte por su tendencia al detallismo extremo que llevaba a gastos desmesurados y su personalidad demasiado fuerte, manteniéndose con trabajos como actor durante 30 años.

Charles Chaplin, además de haber sido por cierto el más exitoso cómico de todos los tiempos, intentó en 1924 trascender su papel con una subvalorada comedia mundana muy superior a lo habitual llamada "Una mujer de Paris" (foto 5), donde trató de reflotar la carrera de su amiga y ex amante Edna Purviance, aún bella pero un poco mayor para triunfar como heroína romántica. El fracaso de esta película se debió, simplemente, a que el cómico no aparecía con su famoso personaje de vagabundo, más allá de una irreconocible escena en una estación de tren, donde Chaplin sale sin caracterizarse.


Fragmento de "El viento" de Victor Sjostrom (1928)


Fragmento de "Amanecer" de F. W. Murnau (1927)


Fragmento de "Y el mundo marcha" (1928) de King Vidor

4 comentarios:

Detaquito dijo...

"business are business" jejeje que frase esa, diria que ha alcanzado un a celebridad tal que opaca a otras un tanto mas profundas...

Lo de Rodolfo Valentino es notable, la hizo bien el loco, ta pago el precio de palmar, pero se llevo lo suyo :P

Segun narras algunas cosas no cambian, en la actualidad hay algun que otro "Y el mundo marcha" por ahi que, comercialmente, no vale ni un peso...

Quiza se le fue la moto al de "avaricia" con la extension de la pelicula. Aunque dicen los eruditos que eran 6 horas efectivas de film +2 de creditos :P

He de ser sincero, desconocia la existencia de TODOS los films aqui mencionados, pero a pesar de ello me ha resultado muy interesante y amena la columna.
Una consulta, ¿¿¿¿de donde sacas los videos que pones? ¿son de coleccion personal, de internes,de contactos, de cinemateca, de una conjuncion de las anteriores????

En fin, MUY buena columna!

Alvaro Fagalde dijo...

LOs videos son de Youtube, simplemente. No hay todo lo que uno quisiera pero hay mucho, como queda visto en esta entrada.

Los temas de la historia del jazz fueron bajados de Emule y subido x Goear.

Von Stroheim estaba un poco loco. Por ejemplo, decía que una camara de fotos que saliera en una película tenía que tener el rollo adentro porque sino, la gente se daba cuenta...

Detaquito dijo...

Pa, y yo que me creia loco!

Y ahora con una Digital como haria?

Alvaro Fagalde dijo...

Ni idea, Deta, pero igual la complicaría.

Gracias x los elogios, la prox entrada de la serie es sobre Chaplin.