8 de enero de 2013

A contracorriente: Orlando Petinatti

"Orlando Petinatti" -nacido Freddy Nieuchowicz, si a alguien le importa- comenzó muy joven haciendo personajes desfachatados (realmente transgresores) allá por 1987 en la desaparecida El Dorado FM en el mítico programa de Daniel Figares "El subterráneo", que algún día habría que homenajear. Poco a poco, los personajes del "Licenciado" comenzaron a ocupar más lugar, hasta el punto de figurar como co-conductor. Después se separaron, Figares continuó con una carrera radial en declive, principalmente por su personalidad bastante difícil e intolerante. Petinatti, en cambio, dejó totalmente toda actitud rebelde y crítica a la sociedad y a los grandes medios de comunicación y omite, muy prolijamente, mencionar dónde y con quién comenzó en radio cada vez que se lo preguntan.
 
Su programa solista "Malos pensamientos" sigue en el aire desde 1991. Y sigue prácticamente igual, sin ninguna novedad desde aquella época. O con las únicas novedades de sacar varias secciones que tenían alguna gracia para quedarse con lo único que le interesa: humor a través del sexo.

Lo cual no tiene necesariamente nada de malo. El humor con "segunda intención" es una forma como cualquier otra de acercarse a la risa. El problema es que las tres horas largas que dura el programa la única forma de hacer reir es buscar la confesión íntima, el chismorreo de vieja reprimida sobre los oyentes que llaman, dispuestos voluntariamente a contar sus intimidades, reales o inventadas.

El programa en sí es bastante lento y aburrido: "Peti" se toma media hora para decir lo que cualquiera de nosotros desarrollaría sin apresuramientos en cinco minutos. Cada una de sus afirmaciones es repetida numerosas veces y su tono zumbón se mantiene inalterable durante toda la emisión. Además de ser monotemático, la escasez de ocurrencias propias -es mucho más probable que quienes mandan mails, sms o llaman por teléfono puedan hacer reir con algo ingenioso que el mismo conductor- y la falta de originalidad y creatividad (se puede estar varios años sin escuchar "Malos pensamientos" que al volver a hacerlo no se notará ninguna diferencia) hacen bastante difícil de digerir el humor petinatinesco.


A veces le salta la térmica de su pensamiento conservador y se le va todo el humor: cuando comparte una charla con el impresentable Fernando Vilar y se deshacen en elogios mutuos luego de haber vomitado sus insólitas teorías policiales el presentador de Telenoche 4; hace unos 10 años cuando con la enorme crisis se iban centenares de uruguayos al exterior y él llamaba a algunos exiliados con un lamentable tono sensiblero diciéndoles que nuestro país era el mejor del mundo o, en su segmento final cuando les da "una mano" a quienes llaman para que les solucione sus problemas de pareja, en el que Petinatti se comunica con quien no quiere seguir más, a veces por problemas de violencia doméstica o similares. Por supuesto, el conductor se pone del lado del golpeador.

Muchos me podrán replicar que es el programa radial más escuchado de todos los tiempos y que por algo será. Yo creo que, fundamentalmente, es por el placer que siente mucha gente por meterse en la vida privada de los demás y de escuchar chusmeríos y puteríos. Que no siempre son reales, pero eso no importa. De eso vive Petinatti. Y Rial, y Ventura y Laura Pozzo y Vilar y siguen las firmas...    

4 comentarios:

johnny tramontina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
johnny tramontina dijo...

Para mi lo único rescatable que tenía era el Toto vs.Toto.Después es lento y aburrido como decís,lo hace lento y aburrido para que los oyentes queden las tres horas colgados escuchando el programa.

Unknown dijo...

Es así realmente, en las primeras épocas (decada del 90) era un poco más llevadero. El humor era más satirizado y apuntaba a diferentes casos y noticias. Luego se fue distorsionando hasta lo que llegó actualmente, donde la chabacanería y el tomarle el pelo a gente con un coeficiente intelectual nulo es su quehacer diario. Realmente una pena, pero se noto desde un principio que no era un gran comediante al no poder establecerse jamás con un programa televisivo y terminó haciendo cualquier tipo de programas menos de humor.

Alvaro Fagalde dijo...

Iba a decir en la entrada que ha fracasado feo en la televisión pero se me chispoteó.