10 de diciembre de 2011

Historia Ilustrada del Jazz 26

MILES DAVIS: EL MÁS VANGUARDISTA

La importancia de Miles Dewey Davis en la historia del jazz amerita que se le dedique más de una entrada en esta serie. Más allá de su trabajo específico como instrumentista -fue brillante pero difícilmente se lo podría catalogar como el mejor trompetista de todos los tiempos- trasciende a otros genios por su influencia repetida en distintos momentos de la evolución de la música improvisada, pateando más de una vez el tablero e imaginando caminos que otros no veían.  
 
El free jazz -como la revolución anterior, el be bop- había agotado sus propuestas rápidamente, teniendo bastante menos repercusión aún. Mientras el jazz parecía encaminarse a ser una música difícil y poco aceptada, propia de unos escasos aficionados muy entendidos, por otra parte surgía un fenómeno comercial sin antecedentes en la música comercial: el rock and roll no sólo -al contrario de famosas predicciones- mantenía su enorme popularidad, sino que evolucionaba hacia vertientes más maduras y más ambiciosas, sin que el éxito los abandonara. Definitivamente, había dejado de ser la moda de baile que escandalizaba a los mayores para tornarse un género -cada vez más amplio y abarcativo- que al mismo tiempo superaba largamente en ventas de discos y de tickets de conciertos al jazz. 


Miles Davis seguía haciendo excelentes discos -su combo con el bajista Ron Carter, el baterista Tony Williams y el pianista Herbie Hancock pasa por ser uno de los mejores de su carrera- pero ya apuntaba en otra dirección, probablemente no sólo por razones musicales sino también de necesidad narcisística de recuperar la fama que no se podía conseguir por las vías habituales del jazz.

En 1968 contrata a un segundo tecladista -Chick Corea, aún poco conocido- y aún a un tercero -el austríaco Joe Zawinul, famoso por su colaboración con el período más funky y comercial de "Cannonball" Adderley el ex saxofonista de Miles- quienes tocarían pianos eléctricos siguiendo las experimentaciones poco conocidas de Paul Bley en el free jazz. Reemplaza a Carter por Dave Holland y -más herético aún- incorpora una guitarra eléctrica con el inglés John McLaughin. El resultado se llamó "In a silent way", contaba con otro joven que haría carrera y que certificaría el excelente ojo de Davis para elegir talentos desconocidos, como el saxo Wayne Shorter. Compuesto de sólo dos temas, puede considerarse el primer album de lo que posteriormente se llamaría "fusión".  






Sin embargo, la consagración del nuevo estilo vendría con "Bitches brew", que ya se desprendería totalmente de los vestigios de cool que aún tenía el toque de Miles, quien además electrificaría su trompeta. Incorporados, con sobriedad, ritmos y acordes de rock y decidido totalmente a realizar una nueva música prescindiendo de lo ya hecho -incluyendo al free, con el que nunca comulgó demasiado- el líder se dedicó a escuchar las ideas frescas de sus veinteañeros colaboradores y les dio rienda suelta para crear.

En realidad, el mismo Miles no inventó nada. Otros músicos -jóvenes y de poco nombre- ya habían realizado grabaciones -después caratuladas como "acid jazz"- donde experimentaban con elementos rockeros, en un intento de acercarse a la música de moda. De ellos, el único destacado fue el vibrafonista Gary Burton. Pero fue el líder cuarentón y consagrado quien le daría la proyección necesaria al estilo, haciendo lo que Davis mejor sabía hacer: sintonizar con lo que se viene y organizar bandas de músicos con cabezas frescas para experimentar. La gran mayoría de los integrantes del conjunto de Miles serían líderes destacados en el futuro, dominando la escena en los 70 con conjuntos como "Return forever" de Chick Corea, en sus varias versiones; "Mahavishnu Orchestra" de McLaughin y "Wheather Report" con Zawinul y Shorter.

Ellos más los grupos de Hancock y Williams, y en menor medida, Holland, marcarían el rumbo, incorporando sonidos de otras culturas (gitana, india, brasilera, flamenca, africana, caribeña, etc.) que si bien ya habían influído en el jazz, desde los tiempos de Dizzy Gillespie, fue en este período cuando se integraron plena y naturalmente.

Miles siguió un camino bastante menos exigente después de "Bitches brew", que representó no sólo un resultado comercial muy inferior al de este disco, sino también una andanada de críticas como nunca antes había recibido. A partir de los 70, no realizó ningún trabajo que representara un hit, ni lo reconciliara con la crítica y con sus -antes- incondicionales seguidores. A la repetición de fórmulas cada vez más gastadas y al acompañamiento de músicos que se limitaban a seguirlo meramente en sus solos que parecían una caricatura del estilo milesiano. Si bien consiguió algún suceso de ventas en los 80 -"Tutu", "Amandla"- Davis parecía una sombra de sí mismo, que se vio obligado a abandonar su carrera por problemas de artrosis de cadera y atrofias musculares en sus brazos, falleciendo en 1991.

Dueño de un carácter insólitamente hosco -jamás sonrió en un recital ni habló con el público- reservado, calificado tanto arrogante como exageradamente tímido, Miles Davis fue uno de los más inteligentes líderes musicales, dueño de un estilo único y de una intuición inigualable para desarrollar su carrera, desechando siempre la facilidad y lo establecido, con la excepción del final de su extraordinaria trayectoria.  







No hay comentarios: