Nunca visité Cuba. He leído mucho sobre el regimen socialista que hoy cumple 50 años pero no lo he visto personalmente. He hablado con varios –no muchos- que han estado en la isla, incluyendo gente que me merece mucha confianza y que comparte muchas ideas conmigo. Pero no me siento en condiciones de opinar más que desde una lejanía igual a la geográfica acerca de un país que en el ya muy lejano 1 de enero de 1959 se sacudía una dictadura atroz y comenzaba un camino que progresivamente llevaría al único gobierno comunista de América Latina, a escasos kilómetros de la mayor potencia imperial de la historia.
Mi tema en esta entrada es, por lo tanto, cómo poder saber qué es lo que pasa en esa isla tan lejana en muchos sentidos, cómo poder tener una opinión seria y adulta sobre un tema polémico sobre el que uno ha recibido tanta basura.
¿LA HABANA = LA MECA?
Criados bajo un sistema dictatorial de extrema derecha, inundados de insoportable propaganda histérica sobre la “subversión internacional”, necesitados de libertades, enemigos de solemnidades, los que ahora somos llamados la generación del 83 nos despertamos a la vida política en ese año acercándonos a posturas de izquierda con la misma naturalidad con que una planta se arrima a la luz. Seguramente, antes de saber qué significaba realmente el marxismo, el comunismo, el socialismo y la división de la Asamblea en la Revolución Francesa.
Extrañamente, nunca se habló desde el delirante bombardeo ideológico de la dictadura contra la Nicaragua sandinista, experiencia similar a la de los barbudos de Fidel, que incluso había logrado asesinar al odiado Somoza en Asunción. Cuando alguien manifestaba en contra del “Proceso” era un agente al servicio de Moscú… o de Cuba.
Nunca supe si los monigotes de la dictadura usaban esa táctica para conquistar a la opinión pública que se alejaba de ellos a pasos agigantados o realmente se creían sus propias mentiras y eran incapaces de imaginar que los jóvenes –o no tanto- que protestábamos y abrazábamos las banderas que ellos habían querido hacer desaparecer simplemente estábamos en contra de la vida que nos habían decretado.
Algún día habrá que estudiar el tema pero muchos en esos años se hicieron comunistas, tupamaros, anarquistas, del PS o simplemente frenteamplistas por convicción pero sospecho que otros tantos, por lo menos en un principio, se sintieron atraídos por las banderas prohibidas, por oponerse a esos viejos que no sabían hablar, que destilaban su soberbia y su prepotencia con prohibiciones y discursos antediluvianos.
En aquellos tiempos, en que coincidieron nuestra llegada apresurada a la vida adulta con reencuentros de tradiciones democráticas que para nosotros eran nuevas, solíamos discutir con vehemencia de cómo tendría que ser la sociedad que queríamos cambiar, cómo tendría que ser un regimen socialista, cómo tomaríamos el poder. Siempre salía el tema de Cuba. Ellos ya lo habían hecho, ellos tenían cosas que enseñarnos. Para quienes pertenecían al Partido la cosa era automática; para quienes no lo integrábamos, no tanto.
¿POR QUÉ NO VAN A HACER HUELGA EN CUBA?
Después llegó la democracia (bastante recortada), la difícil transición, la impunidad no sólo a las violaciones gravísimas de los derechos humanos sino también de los delitos económicos, la bastante sorpresiva caída del bloque soviético.
Recuerdo a una tía colorada –aunque no puedan creerlo los más jóvenes en 1985 a la inmensa mayoría de los uruguayos le apasionaba discutir de política aún- discutiendo conmigo muy preocupada –y muy irritada- por la situación de los derechos humanos en Cuba, hasta que yo le pregunté: -¿Y desde cuándo vos te preocupás por los derechos humanos?. ¿Alguna vez te preocupaste por los derechos sindicales acá o en Argentina?.
No es el colmo de la originalidad mi argumento, pero es bastante ilustrativo. Muchísima gente repite como un loro lo que quiere decirle la televisión y forma opinión para toda la vida sin tener la mínima información creíble. ¿Qué papel han tenido los canales 4,10 y 12 y los diarios conservadores en estos 50 años?.
Varias veces en mi actividad sindical escuché el mismo “argumento”: ustedes pueden hacer huelga acá pero en Cuba los matan a todos (o algo así). Yo siempre contestaba que yo soy uruguayo, me preocupo por los trabajadores uruguayos y si fuera cierto eso en Cuba estaría muy mal como estaría mal en TODOS los países del mundo. No sólo en los que les molestan a los dueños de los canales de tv. ¿Qué pasa realmente con los sindicalistas allá?, ¿Qué pasa con los que no piensan igual a Fidel?. A mí me importa, a los que usaban esa tonta muletilla, evidentemente no.
CHINA SÍ, CUBA NO… ¿POR QUÉ?
Digámoslo directamente: ¿alguien todavía puede creer sinceramente que a los sucesivos gobiernos de Estados Unidos le importa un carajo el respeto o no de los DDHH en la isla?. Si es así, por qué el propio Nixon –uno de los más conservadores presidentes yanquis- reestableció las relaciones con China. ¿El gobierno que recientemente organizó las Olimpiadas es más democrático?. ¿Respetan a los opositores?.
¿Necesito explicar que si el día de mañana China (o Rusia o Nigeria o India por no hablar de Israel) decide fusilar a 10.000 tipos lo va a poder hacer sin que nadie oponga más que una inútil declaración. Business are business…
El bloqueo a Cuba es una de las aberraciones más impresentables que he visto en mi vida en materia de política internacional. ¿Por qué el imperio no bloquea a Arabia Saudita si de combatir a gobiernos autocráticos se refiere?. ¿Cuba es la única dictadura del planeta?. ¿El resto del mundo es un paraíso de “democracia”?.
Que una potencia intente ahogar económicamente a un gobierno que no le guste es absolutamente indefendible. ¿Qué derecho tiene Estados Unidos?.
¿Hay hambre en Cuba?. ¿Hay represión?. ¿La gente está conforme con el gobierno, tiene miedo?. ¿Quieren que vuelvan los que están en Miami?. ¿Quieren un gobierno al gusto de la Casa Blanca, algo intermedio?.
¿Cómo saberlo?. La información que viene de la isla es casi invariablemente poco seria y sesgada. Desde la histeria obvia de la derecha hasta el apoyo incondicional de buena parte de la izquierda. Todos sloganes vacíos, verdades a medias o mentiras con todas las letras, ofensas a la inteligencia. Por no hablar de los rumores bastante creibles de que al diputado Jaime Trobo le paga el exilio cubano por ser punta de lanza acá en Uruguay.
¿Qué pasará cuando caiga este regimen?. No sabemos si será pronto o pasarán más años; si se liberalizará de a poco o se desplomará como la URSS o será como en España que esperaron a que terminara de morir el viejo Franco. Quizás cuando eso pase, muchos cambiarán su discurso y se darán por enterados de cosas que ahora no quieren ver. Y no solo en el PCU.
En sintesis: ¿cómo separar la realidad de la basura?. ¿Eh, Traverso?. ¿Oiste, Cuqui?.
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