15 de febrero de 2010

Cine: Historia Ilustrada 4

DAVID WARK GRIFFITH

Griffith (1875-1948) fue el primer gran nombre dentro de lo que todavía no se llamaba Hollywood pero que ya era la gran industria cinematográfica norteamericana. Al contrario de lo que se suele afirmar, no inventó prácticamente nada pero fue el primero en sistematizar los distintos hallazgos y avances técnicos y/o estéticos al servicio de la narración.

Los primeros planos, los planos americanos -mostrar el cuerpo de la cabeza hasta la rodilla, más cerca que en un plano general, desechando una parte que no reviste demasiada importancia-, los rushes o máscaras -tapando parte de la imagen para resaltar algo-, los velos para difuminar la imagen existieron antes que Griffith.

Formado en una escuela ideal -la práctica, realizó centenares de cortos de todo tipo- llegó a la consagración con un largometraje que es uno de los más exitosos en la historia del cine, llamado "El nacimiento de una nación" (1915). En él -la primera superproducción hollywoodense- empleó todos los recursos mencionados, en una trama compleja y vibrante, presentando a varias estrellas que colaboraban frecuentemente con él, todo aderezado con un espectacular "salvataje de último minuto", una especialidad griffithiana.

Éste consistía en el montaje paralelo de dos tiempos simultáneos -probablemente la única invención de Griffith y, en todo caso, una novedad cierta para los espectadores de la época- relacionados entre sí y estirados en el tiempo real para crear suspenso. Era un recurso ya utilizado en muchos de sus cortos de acción y generalmente se trataba de alguna víctima indefensa asediada por un villano por un lado y su salvador que corría a ayudarla, desesperado de llegar a tiempo. Hasta ahora, las narraciones eran directamente cronológicas y que se mostraran dos acciones que ocurrían al mismo tiempo, saltando con el montaje de una a la otra era todo un hallazgo.

Bastante menos compartible es la ideología de la película y la moral victoriana que defendió en toda su obra D.W.G. "El nacimiento..." directamente es una obra racista, donde al final se ensalza a los "valientes" jinetes del Ku Kluk Klan que llegan a civilizar América. En el Sur -del que el director provenía- los amos blancos eran bondadosos con sus negros esclavos. La familia norteña vecina que les dé la libertad a éstos, desencadenará la tragedia dado que los negros no sabrán comportarse adecuadamente y serán presa fácil del primer embaucador -mulato- que se les cruce.

Si bien fue prohibida en algunos estados (norteños) y produjo grandes polémicas en casi todos lados, su repercusión -y sus ganancias en taquilla- fueron enormes y consagraron a Griffith como el nombre mayor de la industria.

Amargado por las críticas recibidas por la que podría decirse que fue la primera película política de la historia, realizó en 1916 "Intolerancia", mucho más políticamente correcta, podríamos decir ahora. Inspirada en parte en algunos de los exitosos novelones filmados por los italianos, fundamentalmente el famoso "Cabiria" de Giovanni Pastrone, Griffith ideó algo inédito en aquel momento: una película donde se alternarían cuatro historias no relacionadas directamente entre sí. Éstas eran: la caída de Babilonia, la muerte de Jesucristo, la noche de San Bartolomé y una historia contemporánea.

Fue un sonoro fracaso económico que complicó no sólo la situación económica del director durante el resto de su vida, sino también su posición y su libertad dentro de la industria. El motivo del desastre puede ser tanto la incomprensión de los espectadores a esas distintas historias presentadas en una misma película sin conexión entre ellas -a diferencia de lo que pasaba en el salvataje de último minuto- o al excesivo -y bastante cursi- mensaje final de paz y amor entre los hombres, como también a que los costos se habían disparado enormemente y para amortizarlos, "Intolerancia" tendría que haber sido el inmenso éxito de su predecesora y aún más. Hollywood aprendería que ni los grandes nombres ni los grandes presupuestos ni un taquillazo anterior garantiza nada.

Luego de ésta, D. W. Griffith siguió realizando largometrajes. Algunos fueron aventuras similares a sus anteriores títulos como "Huérfanas de la tempestad" (1922) sobre dos hermanas en el medio de la Revolución Francesa o "América" (1924) sobre el -frecuentemente poco taquillero- tema de la Independencia norteamericana. Tuvieron más éxito, sin embargo, aunque sin llegar a los buenos tiempos, "Allá en el Este" (1920) o "Pimpollos rotos" (1919) dos melodramas desaforados. Como Chaplin, criticó fuertemente la irrupción del cine sonoro pero realizó dentro de este sistema sus dos últimos largometrajes, sin éxito alguno. Murió pobre, resentido y olvidado, sino despreciado también.

Uno de los creadores del star system y de Hollywood, fundador junto al propio Chaplin y el matrimonio Douglas Fairbanks y Mary Pickford de la compañía United Artists, primer intento de estudio dirigido por artistas y no por comerciantes; Griffith fue quedando bastante anticuado y demodeé a los ojos del público, a pesar de que cuando realizó el que sería su último filme "La lucha" en 1931 apenas tenía 56 años y hacía sólo 23 que había debutado. Sus ideas victorianas, con rubias virginales perseguidas por feos malhechores y ángeles que bajan a la Tierra a decir su mensaje de concordia aburrió a la gente. Intentó comedias sofisticadas y dramas bélicos pero también fracasó.

Queda una obra de cortometrajes -alguna fuente hace una lista de 466- donde tocó multitud de temas diferentes, casi todos difíciles de ubicar y varios de ellos directamente perdidos, junto a 29 largometrajes, la gran mayoría de los no mencionados aquí, vistos por muy poca gente. Probablemente haya allí un puñado de joyas aún por descubrir.




Uno de los tantos cortometrajes realizados por Griffith, en este caso "Esos horribles sombreros" ("Those awful hats") en 1909.





Los últimos momentos de "El nacimiento de una nación". Todo ha terminado bien y los blancos han sido bendecidos por Jesús.

2 comentarios:

andal13 dijo...

No deja de ser interesante -amén de polémica- la historia de Griffith; como muchos pioneros, sus aportes pueden ser "discutibles", pero son innegables.
Me recordaste una gran película, "Good morning, Babylon" de los hermanos Taviani, en donde se recrea el "universo" Griffith.

Alvaro Fagalde dijo...

La iba a mencionar. A mí no me pareció tan buena, sino más bien el comienzo del declive de los Taviani, pero es opinable.
En todo caso, me parece lógico que el pionero de Hollywood haya sido Griffith y no un Orson Welles, por ejemplo.