¡FONSECA HABRÍA JUGADO UN MUNDIAL!
En 1990 jugamos las eliminatorias contra Perú y Bolivia. Ganamos en Lima y marchamos en la altura. Pero derrotamos a ambos seleccionados rivales (bah, Ruben Sosa lo hizo) de local y clasificamos por diferencia de gol, eliminando a los de Evo, dirigidos por Tabárez que aún no tenía mucama.
Debutamos contra la España a la que jamás le hemos ganado a nivel de selecciones (incluyendo juveniles) y el astro oriental antes mencionado mandó recordadamente al carajo un penal, luego de un marcado dominio de la celeste. Contra Bélgica marchamos bien 3 a 1 (gol de Bengoechea para nosotros, el primero de los europeos lo hizo el papá de la gorda fea Kim Clijsters) y al ahora empresario Nelson Daniel Gutiérrez se lo vio intentando acabar con la vida de un rival mediante estrangulamiento. En el partido final de la fase, un gol al final del partido por el delantero Fonseca (se investiga si es el mismo contratista amigo de Cavani) en off side, dejando en la misma situación a los Muñoz y Kesman que en aquella época despotricaban contra su ahora empleador Paco Casal. Todo muy confuso.
Como clasificamos de casualidad y mediante un complicado algoritmo de goles a favor y diferencia de goles, nos tocó eliminarnos con el local, Italia. Marchamos 2 a 0, pero sin pelearla, sabedores de nuestra inferioridad. Nos clavó Salvatore "Totó" Schilacchi, delantero que jugó bien sólo un mes en toda su carrera y justo coincidió con un Mundial.
GRACIAS, ATILIO, EN 1994
Eliminatorias del Mundial en Estados Unidos 94. ¡Ay, cómo hablar -o escribir, mejor dicho- de esa etapa en pocas líneas...! Todo comenzó cuando el ultraderechista -y ultra egocéntrico- DT de la selección Luis Alberto Cubilla se mandó unas declaraciones con la caca agria ante el periodista Atilio Garrido: "los jugadores -nótese que no dijo algún o algunos- que juegan en el exterior vienen a pasear y no se esfuerzan porque tienen mucha plata" y que él prefería a los de acá, que tenían hambre.
Además de que alguien tenga hambre -o menos literalmente, alguien sea pobre- no es algo precisamente deseable, el eructo cubillesco tenía numerosas exageraciones, generalizaciones injustas y ese tono propio del estúpido que cree que con dos palabras arregla todos los problemas del mundo. Para peor, fueron magnificadas y sobredimensionadas por ese ser mutante devenido periodista de Paco, que de ahora en adelante llamaré A.G.
En los 70 hubo una época en que se hacía listas de "intransferibles". Y era así nomás, los jugadores que la A.U.F. elegía como seleccionables no podían transferirse al exterior. Claro, en aquella época se iban pocos y solamente a Argentina, Brasil y México. Un tipo podía descoserla 10 años seguidos en un grande y nadie lo compraba. Ni amenazaba a los hijos de los dirigentes.
Desde mediados de los 80 -y más por una realidad mundial que por el trabajo de Casal- los futbolistas, incluso los uruguayos, empezaron a irse cada vez más jóvenes y hacia mejores destinos. Con lo cual, los candidatos a defender la celeste ya no vivían acá y había que "repatriarlos", o sea, convocarlos para que viajen desde sus clubes de origen -mayoritariamente en la lejana Europa- para que compitan por nuestra selección. Luego de la chispa iniciada por A.G:, muchos largaron sus bajos instintos y se dedicaron a relajar a los principales jugadores, tildándolos hasta de "antipatria" y cosas así. Como si la A.U.F. fuera una patria. Una polémica absurda que suele pasar en países con mentalidad cuartamundista, como frecuentemente es el nuestro, cuando hay gente que en vez de trabajar en serio se dedica a las declaraciones demagógicas y altisonantes. Ahora que salimos cuartos en el Mundial y ganamos la Copa América, nadie dice que los "extranjeros" vienen a robar la plata.
Además, esa mentira entusiastamente defendida por los Kesman, Rodolfo Pereyra y Bardanca (que después se hizo opositor al status quo futbolero), adolece de varias ideas absurdas: actualmente es imposible competir con una selección integrada por jugadores únicamente del medio local. Lógicamente, los mejores son vendidos rápidamente y pasan a ser de "los que cuidan las patas" ya que no tienen hambre. Por otra parte, si bien hay varios ejemplos muy conocidos de tipos que venían a la selección medio obligados y más dispuestos a drogarse y salir de putas que a jugar, también muchos otros se pagaron sus pasajes y sacrificaron muchas cosas para defender a un equipo que ni siquiera sabía organizar los más elementales detalles de funcionamiento y donde la opinión pública era manijeada para putearlos (el viejo verso de que "éste gana en un día lo que vos sacás por mes").
Conclusión: Cubilla pasó vergüenza en una Copa América con jugadores del medio y -forzadísimamente- se vio obligado a una payasesca reconciliación con los Francescoli y Fonseca del momento, pero terminamos quedando eliminados de U.S.A. 94 muy temprano, jugando muy mal y perdiendo muchos años de trabajo en serio para sacar adelante ésto. Dicho sea de paso, como se ha dicho anteriormente, varios de los más violentos anti-Paco, hoy son sus felices empleados.
Perdón por el rollo, pero sostuve muchas polémicas en la época y la mayoría de las veces fui minoría. Hoy, como pocas veces, veo que el tiempo me ha dado la razón.
1998
Para el Mundial Francia 1998 éramos todos amigos; no había nadie peleado con nadie y Kesman, el Toto y Muñoz odiaban a Paco Casal, que andaba en su mejor época. Pero quedamos arafue, superando únicamente a Venezuela y Bolivia. De visitantes, le ganamos únicamente a la vinotinto, que fue un desastre total con 3 puntos y perdimos todos los otros 7 partidos (Brasil clasificó directamente, por ser campeón del mundo). Paraguay, ya que estaba, nos vacunó 2 a 0, acá. Terminamos jugando con Ecuador en Maldonado, no precisamente porque hubiera mucha gente con ganas de ver a la celeste.
Tuvimos tres técnicos, dos fallecidos (el "Pichón" Nuñez y el casi incombustible R. G. Máspoli) y otro que no importa cómo esté (Autchain). Seguimos creyendo que el fútbol se gana a patadas, a bravuconadas y con "huevos". Y si es posible, entrenando poco y saliendo de putillas. Nada de trabajos tácticos ni de jugadas preparadas. A los 15 minutos, si no ibamos ganando 3 a 0 los seleccionados se enloquecían y florecían pelotazos y foules. No me olvido del pobre Máspoli con 80 años -elegido porque era el Presidente de la gremial de técnicos o porque queríamos establecer un récord Guiness- cuando enfrentó a Perú de visitante obligado a ganar para no quedar eliminados... con línea de 5 en la defensa. ¡Allez cagué sur le malvón!.
2002
Para
el 2002, el Mundial se hizo por primera vez en dos países (Corea
Capitalista y Japón), que se odian como pocos, pero que debieron aunar
esfuerzos a regañadientes porque si le daban la sede a uno, el otro
quedaba demasiado caliente. El recuerdo es demasiado cercano como para
que deba explayarme tanto. Queda para apuntar otra eliminatoria larga
que fue una lágrima para Uruguay (que clasificó porque les seguimos
cayendo bien a los argentinos), la peseteada de los gomías del Basañez a
la delegación australiana en Carrasco, el cartel "Gracias, Paco" que
hizo poner verde a Gorzy de que hubiera alguien aún más alcahuete que
él, el gordo Púa que suplantó a "Tinta brava" Passarella, quien comprobó
que el empresario brasilero era mucho menos serio de lo que parecía,
Larrionda que no pudo arbitrar por un quilombo de la gremial de jueces.
En
ese plantel estaban el "Chino" Recoba, Magallanes, Darío Silva y
O'Neill, así que la joda estaba garantizada. También los actuales Abreu y
Forlan y Darío Rodríguez, cuando aún era joven, quien le hizo un gol a
Dinamarca que seguramente no le enseñó Ribas. En el tercer partido de la
primera fase, teníamos que ganarle a Senegal y terminamos el primer
tiempo 0-3. Había olor a goleada pero con un poco de fútbol (no sé por
qué) y una garra menos histérica de lo habitual, les llegamos a empatar a
los grones (ojo) y no les ganamos porque el Chengue cabecea peor que
Púa. También hay que recordar la forma descarada con que los jueces
favorecieron al local Corea y a Brasil (más que siempre), incluyendo la
payasada de Rivaldo, al que le rozó una pelotita de goma y se tiró como
si le hubiera pegado un misil en la frente e hizo echar a un turco.
2006:
¿Por qué no vamos de una al repechaje y nos ahorramos la angustiosa -y larguísima- eliminatoria sudamericana?.
Uruguay terminó quinto como indica el reglamento -pasaría lo mismo
cuatro años más tarde, aunque ahora nos creamos que somos los mejores
del continente- con derrotas impresentables, incluyendo un 0-5 contra
Colombia. Llegamos al repechaje contra Australia y marchamos por
penales, probablemente por no haberlos escupido en el Aeropuerto. En
realidad, ganando o perdiendo, con Carrasco o con Fossatti, nunca
jugamos a nada y no hubiera ganado nada el Mundial de Alemania con
nuestra presencia más que unos cuantos cabezazos más, aparte del de
Zidane.
Con
ésto termino la serie de comentarios sobre las actuaciones
mundialistas de la siempre complicada selección color cielo, con sus
bemoles y sus claroscuros. Se me dirá que queda afuera la -estimulante
y gratificante pero no hazañosa- cuarta posición en Sudáfrica 2010 y yo
contestaré que sí, pero que está demasiado cerca en el tiempo como para
que la tenga que recordar, aunque mucho me temo que no falte quien
sufra de amnesia después de comprar los DVD y los posters y no tenga
claro que clasificamos a las flatulencias contra Costa Rica (*) y que
el ex de Zaira casi manda a la mierda el penal contra Ecuador y nos
deja arafue y al Maestro mandándole el CV al Codicen.
(*) por no hablar de lo cerca que estuvimos de que Ghana nos eliminara en cuartos de final...
2 comentarios:
Cuando escuché a Niembro después de la eliminación de Argentina por parte de Uruguay diciendo que habría que citar a los obreritos de acá me hizo acordar a Cubilla.
Toda esa lamentable intervención de Niembro fue muy cubillesca.
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